La Crisis de Abril -2018 y el Sandinismo (I)

foto 2 monjas
Foto de 2 monjas.

 Puede el Sandinismo participar sincera, transparente y respetuosamente en la construcción de una nueva cultura política y mejor sociedad en Nicaragua? 

La Crisis de Abril -2018 y el Sandinismo (I)

El presente artículo de periodismo forma parte de una serie de escritos suscitados por el Vicerrector General de la Universidad Popular de Nicaragua (UPONIC) Ing. Hulasko Antonio Meza Soza desde el 2 de noviembre del 2018 y que en su momento fueron publicados por MUNDIARIO con el  título "Por qué no soy Danielista…" y que ahora dándole continuidad al tema nos introduce dentro de la crisis socio-política y económica ocurrida en abril del 2018 en Nicaragua hasta el presente momento y que el Ingeniero Meza lo asocia o vincula a la crisis que el mismo Sandinismo sufre en la actualidad.

Los nicaragüenses que hace cuatro-cinco décadas se incorporaron en mayor o menor grado a la lucha que proponía el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para el derrocamiento de la dictadura somocista y la construcción -era la aspiración de todos ellos-  de una nueva y mejor sociedad en Nicaragua, mantenían aún después del 25 de Febrero de 1990 ciertos lazos, contactos y comunicación que se expresaban  en la conformación de diversos grupos que se reunían para compartir socialmente, para conmemorar hechos o efemérides y demás.

Eran los orgullosos portadores de una memoria social llena de heroísmo, sacrificio y lucha por las causas de democracia, justicia social y libertad, que los hacía sentirse diferentes y -por qué no decirlo- hasta colectivamente superiores a las generaciones de jóvenes actuales. Y no se puede negar que tenían razones de sobra para el orgullo generacional que los embargaba: derrotaron a la dictadura somocista y sostuvieron el enfrentamiento a la contrarrevolución que había organizado y dirigido el imperialismo norteamericano.

Pertenecían a lo que se llamó en algún momento “la generación de la victoria”. Generación integrada por los jóvenes nicaragüenses que habían protagonizado una lucha social, revolucionaria, armada, que terminó con el derrocamiento de lo que se consideraba entonces como una de las dictaduras más sangrientas y crueles del continente, su lucha y hazaña final provocó el asombro del mundo entero y generó un movimiento de apoyo y solidaridad que comenzó desde antes del 19 de Julio de 1979 y continuó durante los años de gobierno del FSLN. Compartían una memoria emblemática en la que sus diversas memorias personales, sueltas, adquirían sentido y formaban parte de una memoria colectiva, una memoria social históricamente significativa, incluso no pocos de ellos resaltaban su insatisfacción con lo que llamaban “la comodidad de estos jóvenes” que solamente se preocupaban, aparentemente, de las redes sociales, la diversión, las modas, y otros temas. (De más está decir cuánta equivocación había en esa creencia. Los hechos posteriores protagonizados por esos jóvenes lo demostraron).

Sin embargo, las imágenes de las protestas de abril no mienten.

Reflejan hechos que presentan realidades que son total y completamente opuestas y en las que, evidentemente, ya no hay más ese sentido de pertenencia, esa identidad común que desde décadas atrás y hasta antes de Abril del 2018 unía a estos nicaragüenses.

Ante esas imágenes y lo que reflejan, cabe entonces preguntarse:

- ¿Qué hechos hay en el tiempo transcurrido entre algunas imágenes con relación a otras referidas a similares sucesos pero en diferentes momentos de la historia, para que las mismas reflejen realidades con significados tan mutuamente excluyentes?

- ¿Que hace que unos miembros de esos grupos se enfrenten en cierta forma a otros miembros al grado tal que ya no se puede hablar de los “grupos de viejos sandinistas/sandinistas históricos” que se habían conformado y existían hasta antes de los acontecimientos de Abril de 2018?

- ¿Qué es lo que permite que las formas que emplea Ortega para recuperar el control militar del país y vencer los obstáculos de las barricadas no provoque (aparentemente) en la militancia de su partido ningún tipo de objeción de conciencia?

- ¿Qué es lo que permite que los mandos superiores e intermedios de la Policía parezcan no tener ningún empacho en el uso de medios totalmente asimétricos y desproporcionados con relación a los que tienen los protestantes, aún y cuando la doctrina policial es bien clara en relación a la proporcionalidad debida? (Nos estamos refiriendo a mandos superiores y medios que, supuestamente, fueron formados en los principios y valores del sandinismo. Es decir, hablamos de sandinistas que ocupan cargos en la cadena de mandos policiales).

Y si además revisamos algunas otras imágenes correspondientes a hechos que se produjeron después de Abril de 2018, nos surgen todavía más interrogantes.

- ¿Qué es lo que facilita que un miembro de esos grupos de “sandinistas históricos” se tome una foto con los paramilitares que “recuperaron” la ciudad de Diriamba, mostrando en el rostro una sonrisa, un orgullo y una alegría solo comparable a la de aquellas jóvenes que un 19 de Julio de 1979 se encontraron en la Plaza con sus novios/hermanos/primos/etc. luego de una espera más o menos prolongada de sufrimiento, angustias e incertidumbre?

- ¿Qué es lo que hace que los “sandinistas de ortega” no muestren ninguna afectación ante el reclamo público (y supongo que también privado) de miembros de su familia que los emplazan ante las atrocidades que el régimen de Ortega comete? (El Diputado EDWIN CASTRO es uno de los integrantes de la comisión gubernamental que Daniel Ortega designó en el primer y fracasado diálogo y lo continúa siendo en este segundo).

- ¿Es que acaso la dictadura militar somocista era más “decente” en el tratamiento a sus enemigos políticos que el mismo Daniel Ortega? La foto de su captura a la par de la foto de la captura de un ciudadano nicaragüense durante las protestas es elocuente.

- ¿Qué es lo que hace que los mandos policiales (de supuesta filiación sandinista) no tengan ningún escrúpulo ni reparo en permitir que fuerzas irregulares, paramilitares, asuman tareas que por imperio de ley solamente les corresponden a las fuerzas policiales, permitiendo con ello todos los abusos e irregularidades que las mismas pueden cometer gracias al anonimato que las protege?

- ¿Qué es lo que permite que las capturas ilegales, el tormento físico a los detenidos, inclusive hasta las ejecuciones sumarias, se hayan convertido en instrumentos y medios de uso cotidiano y normal para reprimir y aplacar la protesta social, colocando el comportamiento de la organización policial al margen toda legitimidad y legalidad?

Las respuestas a esas interrogantes o reflexiones dependen del lado del conflicto en que se ubica el que responde. Desde el lado del Orteguismo, todo gira alrededor de una supuesta conspiración derechista, un golpe de estado, etc. Desde el lado de los opositores al gobierno de Ortega, gira en torno a un estallido social causado por la represión dictatorial, la falta de democracia, el fracaso de un gobierno corporativo formado en alianza con el gran capital, etc.

Sin embargo, ninguna de ellas explica por qué los Sandinistas históricos se han dividido de la manera en que lo han hecho a partir de los hechos de abril y posteriores meses. Sobre todo si consideramos que pertenecen a las generaciones que, supuestamente, tuvieron la oportunidad de formarse en los valores, la ética, la mística y demás, del Sandinismo, es decir, cómo es posible entonces esa división actual entre personas que se supone fueron formados en los mismos valores y principios éticos y morales?

Personalmente, no creo que las respuestas al origen o causas de la división actual de ese sandinismo estén en afirmaciones del tipo:

- Una parte de ellos se han quedado con las mismas ideas y concepciones políticas de hace décadas y continúan creyendo en los postulados de las teorías marxistas. Mientras que otra parte dejó atrás esas ideas y ha modernizado su pensamiento político.

- Una parte ha olvidado y perdido de vista que el imperialismo es un enemigo eterno de los movimientos sociales y revolucionarios y por eso siempre los va a atacar usando cualquier pretexto o forma para hacerlo. La otra parte no lo ha perdido de vista y está bien clara de la forma en cómo el imperialismo norteamericano puede buscar/inventar pretextos y usar a sus lacayos nacionales para desestabilizar a los gobiernos populares.

- Una parte sigue fiel a los principios originales del sandinismo mientras que la otra los ha traicionado. 

- Una parte cree que la “defensa de la revolución” está por encima de cualquier consideración y se justifica, por tanto, el que los sandinistas de principios cumplan con su deber de usar cualquier medio o forma para defenderla. La otra parte cree que no hay ninguna revolución que defender y que inclusive si la hubiera, los principios sandinistas indican que nada justifica la forma en que se ataca a la población. @mundiario

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