Conventos, iglesias y monasterios, súmense a la industria cultural

Convento de San Pablo, Peñafiel (Valladolid)
Convento de San Pablo, Peñafiel (Valladolid)

El autor propone a conventos y monasterios que en la medida que puedan, algunos ya lo tienen, creen pequeños museos o amplíen los que tienen. Y que dichos museos entren en los circuitos del turismo cultural.

Conventos, iglesias y monasterios, súmense a la industria cultural

Partimos del hecho y del principio que hoy la industria cultural y el turismo es una fuente de PIB a nivel local, provincial, regional, nacional. Por consecuencia tenemos que plantearnos si un país como España aprovecha de forma eficiente todos esos puntos o hitos que pueden ser fuente de turismo, de cultura y por tanto de producción de empleo ¿Pueden aprovecharse mejor los conventos como fuente de turismo, de cultura, y por tanto como creación de empleo?

Partimos de un hecho que existen en España, cientos de conventos y monasterios y otros edificios religiosos, que actualmente están medio vacíos y que un tanto por ciento de ellos se están cayendo. Y que la mayoría de ellos no han entrado en el circuito del turismo cultural, por lo cual, no producen el empleo que podrían crear, a sus localidades o comarcas, y por consecuencia no difunden una cantidad enorme de conocimientos, de ocio cultural, de cultura, de entretenimiento, de turismo…

¿Podemos preguntarnos si durante siglos, contrariamente a otros países, por ejemplo, los castillos se dejaron que se fueran hundiendo, por multitud de razones, y quizás uno de los países de Europa que más castillos tuvo en su época, medieval y la primera etapa moderna, en pie y con uso ahora solo están en uso unas docenas o cientos de los miles que existieron? Sin olvidar las desamortizaciones sobre bienes eclesiásticos en siglos anteriores.

La cuestión es si nos puede suceder con los conventos, iglesias, monasterios actuales una situación similar, y dentro de unos siglos apenas queden casi nada de todo lo que hubo en el pasado, y que todavía existe.

Proponemos a conventos y monasterios que en la medida que puedan, algunos ya lo tienen, creen pequeños museos o amplíen los que tienen. Y que dichos museos entren en los circuitos del turismo cultural.

Podría ser una fuente de ingresos para esos edificios, podrían servir de ayuda de mantenimiento a sus pequeñas comunidades, podrían ser el escaparate de su historia, de lo que han ido acumulados durante siglos y todavía sigue existiendo. Pero también podrían abrir sus puertas a donaciones de obras actuales, de arte o de otras temáticas lo que podrían constituir una fuente de nuevas obras, etc. Por ejemplo, recogiendo obras, que puedan tener un carácter secular pero con relación a lo religioso, o incluso arte religioso no litúrgico pero con los estilos actuales…

Ahora que existen rutas turísticas literarias o artísticas o literarias artísticas, sean por ejemplo, la del Cid, la del Quijote, la de Santa Teresa se podría hacer lo mismo con multitud de conventos o monasterios creando rutas entre ellos, y señalando personajes que han existido o se han formado en esos centros hace siglos, o interrelacionando conventos o monasterios con distintas rustas literarias o artísticas no religiosas…

¿Se imaginan ustedes cuántos miles de obras podrían colgarse en miles de metros cuadrados de muros, paredes, claustros de conventos y monasterios casi abandonados, porque en muchos lugares las vocaciones han descendido? ¿Cuántos miles de metros para esculturas, y cuántas habitaciones o salones para multitud de acontecimientos culturales, artísticos, literarios, incluso para hospederías?

Desde el punto de vista religioso o espiritual a todos esos edificios podrían dárseles actualmente ese plus de valor o de significado, que serían museos literarios o artísticos o artísticos religiosos o museos de todo tipo de temáticas, y por tanto, sería difundir el mensaje religioso a través de la cultura actual. Y un elemento esencial en la industria cultural actual es el museo…

Durante varios siglos los más egregios personajes de la cultura española, sean literatos o escritores o teólogos o filósofos o artistas se han formado en instituciones eclesiásticas. Y éstas aunque muchas han desaparecido han tenido sus sedes en multitud de edificios diseminados por la Península Ibérica… quizás ha llegado el momento y el tiempo de recoger algo o mucho de toda esa herencia que tenemos medio perdida, medio sabida, medio olvidada. Y que ahora podría tener una dimensión turística cultural, pero también otras dimensiones como elementos de información y conocimiento, de buscar nuestras raíces, agentes productores potenciales de empleo. Y el empleo es hoy por hoy una necesidad urgente en la Piel de Toro.

Solo queda que multitud de museos diseminados por toda la península ibérica amplíen sus catálogos expuestos al público. Que en edificios eclesiásticos que ya tienen museos o todavía no, estudien y analicen que posibilidades podrían tener de creación de dichos entes. En tercer lugar se creen rutas turísticas culturales de museos y fundaciones civiles y eclesiásticas por todas las regiones, para aprovechar mejor su historia cultural. Y en último lugar, podría ser un elemento más, para mejor aprovechamiento y creación de empleo, y supongo que nadie dudará de la enorme necesidad de dicha creación para disminuir el desempleo…

¡Quizás en el centro de la Península no tengamos mar, ni playas pero tenemos una enorme cantidad de historia acumulada que está medio dormida y medio olvidada!

Comentarios