Breves notas sobre la pintura de JMW Turner: lienzos sobre una realidad infinita

Slave-ship.
Slave-ship.

El vacío, la albura, la oscuridad y el origen como acumulación desbordante de la materia participan de unos trazos inconstantes, sin aparente figuración, salvo algunas pistas delebles.

Breves notas sobre la pintura de JMW Turner: lienzos sobre una realidad infinita

Sobrecoge la extensión de aquellos espacios que nuestros ojos descubren parte a parte. Entregados a un mundo que el lenguaje ni siquiera puede concretar, los lienzos de Turner, ya desde sus comienzos, inciden en esa incapacidad de construir la totalidad desde nuestra percepción. Sus texturas, mezclas, los difuminados y trazos sin contornos proponen un modelo de mundo que advierte de su completitud, de su vastedad inexplorable, de su inacabamiento.

Quizá en ese reconocimiento de la derrota, la pintura de Turner exhibe su renuncia a la figuración como un tributo al caos donde, sin embargo, surge un orden cuya promesa refleja que la realidad existe desde nuestra construcción imprecisa. Porque buscamos referentes y significados para poder sobrevivir y sobrellevar nuestra existencia.

El vacío, la albura, la oscuridad y el origen como acumulación desbordante de la materia participan de unos trazos inconstantes, sin aparente figuración, salvo algunas pistas delebles que Turner cita vagamente. Quizá sea esa indeterminación la que prospera en la belleza incierta y amenazante de su cosmovisión. El hombre, precipitado al lienzo, al escollo impreciso de una nada incontable, indecible y eterna, está sobrecogido porque asume su indefensión ya que el mundo que esta ahí fuera es siempre más poderoso e impredecible que cualquier sentimiento.

 

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