El Ayuntamiento de Valencia es uno de los más avanzados de España en gestión del conocimiento
El Ayuntamiento de Valencia se sitúa por delante de muchos municipios que, con mayor presupuesto, no han incorporado delegaciones con estas funciones.
Los ayuntamientos cambian y se modernizan para dar respuesta a los nuevos desafíos. Hace años hubiera sido difícil encontrar concejalías dedicadas a la transición digital, al feminismo o a la transición ecológica. La adaptación a la nueva realidad es un hecho y es fundamental para el progreso de estas entidades. La distribución de cargos entre hombres y mujeres también era muy desigual y se va equiparando poco a poco. Las personas que entraban a trabajar en los puestos de estas corporaciones municipales procedían de sectores muy diferentes a los de ahora más enfocados en el sector servicios y educación.
La transformación en los ayuntamientos no depende del tamaño ni del presupuesto ni del signo político, sino de la capacidad de visión de sus dirigentes para dar respuesta a las necesidades actuales. Estos cambios también vienen determinados por una demanda ciudadana que exige mayor cualificación, responsabilidad y formación de los cargos públicos. Por esta razón, ayuntamientos como el de Valencia, Barcelona o Vitoria han incorporado técnicas y actividades de gestión del conocimiento que permiten potenciar la capacidad de asimilar, intercambiar, difundir y retener el conocimiento de sus empleados.
Puede comprobarse como, en la última década, los graves errores de muchos ayuntamientos, que tomaron decisiones muy equivocadas, ocasionaron un quebranto de los recursos públicos y un deterioro de servicios esenciales como la sanidad, la educación o las ayudas sociales. Ejemplos de ello son el aeropuerto fantasma de Castellón, el Centro Acuático para las olimpiadas de Madrid, completamente abandonado, la pasarela de Fórmula 1, apenas utilizada unos días, el Centro de Creación de las Artes de Alcorcón, un proyecto inacabado que dejó una deuda de millones de euros, etc.
El Ayuntamiento de Valencia, con la incorporación de la Delegación de Innovación y Gestión del Conocimiento que dirige el concejal delegado D. Carlos Galiana Llorens es una muestra de responsabilidad y compromiso con la cultura del conocimiento. Se trata de un ejemplo que deberían seguir los ayuntamientos españoles que quieran prestar un verdadero servicio a sus ciudadanos y que decidan tomar sus decisiones con base en criterios de racionalidad y eficacia.
El conocimiento es el recurso que más posibilidades ofrece al ser humano para tomar decisiones acertadas, por tanto, todos los esfuerzos de los ayuntamientos para gestionarlo idóneamente constituyen una garantía de eficacia. La gestión del conocimiento, entre otras cosas, facilita acceder de forma más rápida a los conocimientos necesarios incrementando la capacidad de respuesta ante los problemas, permite aprovechar al máximo el saber hacer de los expertos, reduce los gaps de conocimiento evitando cometer errores con graves consecuencias, e identifica las mejores prácticas y las transfiere para facilitar su rápida aplicación.
El año que viene, ayuntamientos como el de Plasencia tienen entre sus proyectos, impulsados por la Fundación Gestión del Conocimiento, hacer llegar estas útiles técnicas a universidades, centros de investigación, empresas, hospitales y colegios en uno de los proyectos más innovadores de España. Entramos en una nueva época en la que la innovación y las buenas prácticas en las entidades públicas exigen una gestión eficaz del conocimiento por parte de todos sus empleados, para poder afrontar los problemas con las soluciones más adecuadas y lograr el nivel óptimo en la prestación de servicios que la sociedad necesita. Este cambio en los ayuntamientos no es eludible, es vital.
