La autora del mes de noviembre en MUNDIARIO fue María Xosé Porteiro

María Xosé Porteiro.
María Xosé Porteiro.

Con su texto ‘España tiene la desfachatez de tener al frente de Defensa a un traficante de armas’, esta autora se convirtió en la más leída.

La autora del mes de noviembre en MUNDIARIO fue María Xosé Porteiro

María Xosé Porteiro es periodista, escritora y política, licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas. Su carrera profesional abarca prensa, radio y comunicación corporativa. Trabajó en El País y Radio Popular. Dirigió el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Vigo. Fue directora gerente de la empresa Información y comunicación Local SA. Dirigió el Museo del Ferrocarril de Madrid y el área de Comunicación y Desarrollo Corporativo de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. En el año 2009 le fue concedida la Encomienda al Mérito Civil. Es autora de varios libros de narrativa, biografía y ensayo. Es miembro de los equipos de dirección del Consello da Cultura Galega y del Instituto Galego de Análisis y Desarrollo Internacional. Fue miembro del Consejo de Administración de Xornal de Galicia y del Patronato de Praza Pública. Es colaboradora habitual, como comentarista de actualidad, en prensa, radio y televisión. En su actividad política, bajo las siglas del PSOE, ha sido concejala, parlamentaria autonómica, diputada en el Congreso, miembro de las Asambleas Parlamentarias del Consejo de Europa y de la Unión Europea Occidental y primera Delegada en el Exterior de la Xunta de Galicia.

Con este currículo, María Xosé Porteiro tiene avales suficientes para mover a los lectores, en este caso de MUNDIARIO y debatir, mucho, en redes sociales, cada vez que en este medio tenemos la suerte de contar con sus colaboraciones. Es el caso de su artículo España tiene la desfachatez de tener al frente de Defensa a un traficante de armas, que fue lo más leído del mes de noviembre. Miles de personas comentaron en Twitter este análisis.

Con motivo de ser nombrada la autora más leída del mes de noviembre, he tenido la ocasión de hacerla tres preguntas relacionadas, en cierto modo, con la temática de su artículo.

Su artículo en el que califica al actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, de traficante de armas, ha sido el más leído del mes de noviembre en Mundiario. En su opinión ¿qué virtudes y experiencia previa debe tener la persona que se encargue de este ministerio en el futuro?

— Creo que una de las razones del interés que despertó este trabajo estuvo, en la elección del titular, mérito que debo reconocer a nuestro editor, y querido amigo, José Luis Gómez. Yendo a la pregunta: sabiendo lo que no se debe ser ni tener, para ser Ministro de Defensa, o de cualquier otra materia, es fácil concluir lo que se le puede pedir. Morenés ya había formado parte de los gobiernos de Aznar como Secretario de Estado de Defensa, de Seguridad y de Política Científica y Tecnológica. Antes de llegar a estas responsabilidades era un profundo conocedor del sector porque trabajaba en él. El Ministro de Defensa español fue director general de la empresa de misiles MBDA para España. En octubre de 2011, a un mes de las elecciones, fue nombrado presidente de Segur Ibérica y poco antes de su nombramiento como ministro trabajaba para Instalaza, dedicada al diseño, desarrollo y fabricación de equipos y material militar de infantería como las bombas de racimo. Esas cualidades y experiencia previas podrían parecer, a priori, bazas a su favor. Sin embargo, su pertenencia y vinculación con el mismo ámbito sobre el que ha podido gobernar y utilizar un presupuesto que aumentó llamativamente durante esta legislatura de recortes, lo hacen incompatible, tanto desde el punto de vista ético como por los intereses afines. Es un caso notable, pero no el único conocido, de lo que no debería ser un ministro. Sería interesante repasar los vínculos de De Guindos o Soria, por poner otros dos ejemplos bien conocidos, con los ámbitos de influencia de sus ministerios y analizar su gestión.

Sin irnos muy lejos, solo a la legislatura anterior, en el año 2011, durante el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, España vendió armas por valor de 2.431,21 millones de euros en 2011, lo que supuso un 115,5% más que el año anterior, marcando un récord histórico, según el informe sobre exportaciones de material de defensa y doble uso remitido por la Secretaría de Estado de Comercio al Congreso. En los ocho años de mandato de Zapatero (2004-2011), las ventas de armas se multiplicaron por seis. ¿Qué opinión le merecen estos datos?

— En mi particular visión del mundo nunca veré bien la industria de la guerra. Soy pacifista convencida y, además, me parece deplorable que se abuse del poder que da estar en un gobierno para favorecer intereses espurios en cualquier ámbito, pero en éste, más. Dicho lo cual, voy a facilitarle algunos datos que abundan sobre los que usted me plantea. El informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) constata que, en el periodo 2007-2011 el volumen de grandes armas convencionales que se puso en el mercado mundial creció un 24% respecto a los cinco años precedentes. En ese mismo período, España exportó armas convencionales por valor de 3.408 millones de dólares, de los cuales sólo los buques de Navantia concentraron el 66,5% del valor de las exportaciones. En el período citado, nuestra empresa pública consiguió ocupar, por su dimensión y capacidad tecnológica, un puesto destacado en el concierto europeo y mundial de la construcción naval. Evidentemente, no fabricando yates, sino buques de guerra, submarinos, fragatas, corbetas, patrulleros y cerrando acuerdos con Noruega, Australia o Venezuela. Navantia está entre las 100 primeras empresas fabricantes de armas en el mundo. Llegar a este punto supuso numerosas manifestaciones de trabajadores, sindicalistas, empresarios, políticos (muchos de ellos de Ferrol),  acalorados debates parlamentarios y decisiones gubernamentales (evidentemente, no sólo de Rodríguez Zapatero).

Hay otro ejemplo que nos toca muy de cerca. La empresa española líder en armamento terrestre nació en Galicia, dio trabajo a varias generaciones de compatriotas y es otra de las cuatro empresas españolas que figura en el top-100 mundial. Hablamos de la antigua fábrica de armas Santa Bárbara. Su progresivo declive generó una enorme crisis en A Coruña, donde tuvo sus primeras instalaciones. En 2001 fue absorbida por el quinto mayor fabricante mundial, General Dynamics. Desde entonces ha participado, junto a otras empresas de países de la OTAN, en la fabricación de los carros de combate Leopard o del vehículo antiminas RG-31 Mk5E, además de fabricar sistemas de artillería, misiles y municiones. Negar la importancia de la industria armamentística en la economía y el mercado laboral de Galicia y España es absurdo. Otra cosa es negar que se trata de una actividad indeseable desde el punto de vista de sus fines y que hay que tener mucho cuidado en no convertirnos hoy en proveedores de quienes pueden venir a por nosotros mañana.

¿Cómo piensa que se debería combatir al Estado Islámico?

— Podré responderle cuando eso suceda...

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