Aprender música es un pilar esencial para el desarrollo personal

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Aprendiendo a tocar el piano. / Pixabay
Aprender y ejecutar música ejercita elo cerebro, a la vez que forma y fortalece las conexiones entre las neuronas, la sinapsis. No hace falta ser un intérprete consumado, es suficiente con reproducir un patrón rítmico con un instrumento de pequeña percusión o incluso con el cuerpo.
Aprender música es un pilar esencial para el desarrollo personal

Las personas con algún tipo de experiencia musical muestran un mayor nivel de actividad neuronal, especialmente en los centros de emoción y de recompensa del cerebro, cuando escuchan música, según un estudio realizado en la Florida Antartic University (FAU). Los voluntarios que participaron en ese estudio no eran músicos profesionales, pero tenían algún tipo de experiencia musical, como cantar en un coro o tocar en un grupo. Este mismo estudio ha corroborado las hipótesis referentes al desarrollo de la empatía a través de la música, la actividad musical pone en funcionamiento el sistema de neuronas espejo, que juegan un papel vital en el desarrollo cognitivo y en el establecimiento de la empatía.

La música es, en el mundo de la docencia, uno de los elementos integradores del currículo, pero además, una poderosa herramienta para desarrollar las necesidades más comunes de los alumnos tales como maduración, aprendizaje, formación personal o relaciones de grupo. 

Así lo demuestra el profesor del Departamento de Música de la Escuela Universitaria CEU de Magisterio de Vigo, José Luis Holgado, quien, durante la conferencia “La música como medio de desarrollo personal”, explicó que distintos tipos de música ejercen diferentes influencias sobre la persona. 

De esta forma, el canto gregoriano, que usa los ritmos de la respiración natural para crear una sensación de espacio amplio y relajado, sería ideal para el estudio, la meditación o el estrés. La música barroca de Bach, Vivaldi o Haendel, gracias a la sensación de estabilidad y orden que proporciona, genera un ambiente excelente para el estudio y el trabajo. La música clásica de Haydn y Mozart mejora la concentración, la memoria y la percepción espacial, y la música romántica de Schubert o Chopin maximiza la expresión y el sentimiento, por lo que favorece aspectos como la compasión, la comprensión y el amor. Para desbloquear los impulsos creativos y conectar con el inconsciente, es ideal la música impresionista de Debyssy y Ravel. @mundiario

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