Una alimentación saludable reduce un 30% el riesgo de padecer cáncer de mama

Mujer dando de mamar. / Anna Shvets en Pexels
Mujer dando de mamar. / Anna Shvets en Pexels
Cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama. En España se diagnostican alrededor de 33.307 nuevos cánceres de mama al año. En el mundo se diagnostican más de 2,2 millones de casos.
Una alimentación saludable reduce un 30% el riesgo de padecer cáncer de mama

El día internacional del cáncer de mama busca concienciar a la sociedad de la importancia de la investigación y el diagnóstico precoz de esta enfermedad que es el tipo de cáncer más común, con más de 2,2 millones de casos en 2020. Cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama a lo largo de su vida, siendo la principal causa de mortalidad en las mujeres.

Pero no todo es negativo. Desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) apunta a que alrededor de un 30 y un 50% de los cánceres se podrían evitar con hábitos de vida saludables. Esto implica no solo dejar de fumar, sino cambiar realmente nuestros hábitos de vida. También en lo referente a la alimentación y al ejercicio físico.

Según un estudio de GEICAM, apoyado por la Asociación Española Contra el Cáncer, la adherencia a la dieta mediterránea (es decir, aquella basada en el consumo abundante de frutas, hortaliza y verduras y pobre en alimentos ultraprocesados), supone una reducción del 30% del riesgo de padecer cáncer de mama. Por la contra, una vida sedentaria incrementa un 71% el riesgo de padecer este cáncer.

Es importante combinar una alimentación saludable con una vida activa, ya que el riesgo de padecer cáncer con un consumo elevado de calorías y baja actividad física se multiplica, sobre todo en mujeres postmenopáusicas.

La importancia de la lactancia materna

Según la AECC, la lactancia materna disminuye el riesgo de cáncer de mama, especialmente si esta se prolonga más de un año. Esta reducción del riesgo llega a ser de un 4% por cada doce meses acumulados de lactancia.

Existen distintos estudios que podrían explicar el efecto ‘protector’ de la lactancia materna sobre el cáncer de mama. Algunos plantean que la producción constante de leche materna tiene a las células de la mama ‘ocupadas’ y, por lo tanto, disminuye la probabilidad de trastornos celulares. También se plantea que las mujeres lactantes tienen menos ciclos menstruales; lo que está relacionado con unos niveles de estrógenos más bajos. 

Mujer dando de mamar a su hijo. / Unicef

Mujer dando de mamar a su hijo. / Unicef

Lo que dice la OMS

La Organización Mundial de la Salud también apunta a cuestiones alimenticias, de actividad física e incluso de lactancia, a la hora de encontrar respuestas al padecimiento de esta enfermedad. De este modo indican que alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años). Algunos factores aumentan el riesgo de padecer esa enfermedad, como son el envejecimiento, la obesidad, el consumo perjudicial de alcohol, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el historial de exposición a radiación, el historial reproductivo (como la edad de inicio de los períodos menstruales y la edad al primer embarazo), el consumo de tabaco y la terapia hormonal posterior a la menopausia.

Entre las opciones de comportamiento y las intervenciones conexas que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama figuran las siguientes:

  • lactancia materna prolongada;
  • ejercicio físico habitual;
  • control del peso;
  • evitar el consumo perjudicial de alcohol;
  • evitar la exposición al humo de tabaco;
  • evitar el uso prolongado de hormonas; y
  • evitar la exposición excesiva a radiación.

A pesar de ello, la OMS avisa de que aunque pudieran controlarse todos los factores de riesgo potencialmente modificables, el riesgo de padecer cáncer de mama se reduciría como máximo en un 30%.  Entonces, ¿cómo proceder?

Programas de cribado de cáncer de mama en España

Efectivamente, las recomendaciones de estilo de vida saludable son prioritarias para aminorar el surgimiento del cáncer de mamá pero a esto hay que sumar la prevención que consiste, sobre todo, en participar en los programas de cribado de cada Comunidad Autónoma en España y acudir a las mamografías con la frecuencia recomendada por el propio programa.

La recomendación para el programa de mama es la realización de una mamografía cada dos años a mujeres con edades comprendidas entre los 50 y 69 años.  Sin embargo, en algunas regiones se comienza el cribado a los 45 años. Actualmente, la cobertura del programa de cribado de cáncer de mama en nuestro país es del 89,13%, según el estudio ‘El Impacto económico y social del cáncer en España’.

Según datos de la AECC, gracias al screening de cáncer de mama la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma significativa, al menos cuando se realiza en la edad de mayor incidencia (por encima de los 50 años). @mundiario

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