¿Está arrepentido Laureano Oubiña y merece la libertad con su historial?

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Oubiña abandona la cárcel otra vez.

El Pazo Baión fue el símbolo del poder económico de Oubiña. Incautado por el Estado y subastado, sus hijas quieren recuperarlo, y han recurrido al Supremo, reclamando de la herencia de su madre. La mujer, fallecida en accidente de tráfico en 2001, era la depositaria de la mayoría de las acciones.

¿Está arrepentido Laureano Oubiña y merece la libertad con su historial?

Quienes, como yo mismo, seguimos como periodistas hace varias décadas el fenómeno del contrabando industrial de tabaco en Galicia y la reconversión de sus estructuras en un sistema eficiente para la introducción de todo tipo de drogas hasta sus alianzas con los cárteres colombianos, no podemos sentir otra cosa que una enorme frustración al comprobar la facilidad con que uno de los más peligrosos criminales, no rehabilitado, según el propio informe de la Junta de la Clasificación de la última cárcel que lo acogió, del Pablo Escobar gallego, de Laureano Oubiña, un peligroso bandido en toda regla, sale a la calle.

El contrabando industrial surge en Galicia a finales de los años 60 y comienzos de los 70 al amparo de la legislación de contrabando de tabaco que sólo imponía multas –que los contrabandistas no pagaban, pues todo eran insolventes- por una actividad que creció de modo exponencial. De tal modo, sustraían al Estado una parte creciente de la Renta del Tabaco; es decir, de los impuestos que gravaban las cajetillas de rubio americano. La reforma de la Ley apenas los disuadió porque las condenas a penas aflictivas eran tenues.

Paradójicamente, la entrada en la Unión Europea benefició a los traficantes. Como la mercancía, controlada desde Suiza, llegaba a España principalmente desde Holanda, y dado que las leyes se retrotraen en beneficio del delincuente, cuando le son favorables, los grandes sumarios decayeron el desaparecer el delito de contrabando, y convertir el tráfico ilícito en un mero transporte de mercancías dentro de la CEE. Pero persistían otros delitos, como el tráfico ilegal de capitales, la corrupción de funcionarios, etc. Ni la fiscalía ni el abogado del Estado quisieron trabajar.

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Oubiña en una de sus casas.

 

Pero ya envalentonados por su impunidad, los contrabandistas habían transformado su estructura, sólidamente asentada, en otra actividad, el tráfico de drogas. Laureano Oubiña fue uno de los primeros en dar el paso. El historial de este delincuente es espectacular.

Tres veces condenado por delitos contra la salud pública (entre otros en la llamada “Operación Nécora”; condenado a 12 años por contrabando de tabaco; en 1997, a otros cuatro años por tráfico de 6 toneladas hachis. Otros seis años y nueve meses por intentar introducir 12.5 toneladas de la misma substancia en 1999. Condenado a 12 años por blanqueo en 1994, pero asombrosamente absuelto más tarde; otros seis años de condena por delitos fiscales… La lista de sus delitos no tiene fin. El 10 de febrero de 2014 ingresó para cumplir una condena de cuatro años y 7 meses, recurre por motivos de salud, pero no se estima el recurso.

Este sujeto estuvo huido 13 meses para escapar de su segunda condena, pero fue detenido en Grecia en el año 2000. Para asombro de todos, uno de sus defensores tiene un apellido ilustre, nada menos que Joaquín Ruiz Giménez Aguilar. Antes su abogado fue el famoso Pablo Vioque, que de letrado de delincuentes acabó de jefe de su propia banda.

Con su habitual cinismo, en 2004 llegó a enviar una carta de a los diputados Joan Puigcercós (ERC), Gaspar Llamazares (IU) y José Antonio Labordeta (Chunta Aragonesista) “con la finalidad de comentarles algunos puntos relacionados con la situación penitenciaria, esperanzado que desde su privilegiada posición, ver si es posible que ustedes aporten un grano de arena mejorando con ello toda esa crítica situación”.  La carta terminaba “¡Viva la III República”.

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Oubiña tiene un largo historial criminal.

Lo cierto que un delincuente con su historial ha estado saliendo y entrando de las cárceles españolas, al tiempo que le han concedido, de modo incomprensible repetidos beneficios penitenciarios hasta que, por fin el 10 de febrero de 2014 tuvo que volver a presidio, al serle desestimados los recursos contra las condenas por blanqueo de capitales.

Este sujeto fuma cohíbas en el patio de la cárceles por donde pasa y trata de comportarse como un preso ejemplar. Se considera una víctima de un sistema penitenciario que quiere ver reformado.

Sus hijas quieren recuperar Pazo Baión

Entre sus propiedades, adquiridas de forma irregular, se encontraba el Pazo de Baión, que fue requisado por las autoridades y subastado. Las bodegas Condes de Albarei se convirtieron en sus nuevos propietarios. Se han remodelado 5.000 de sus 9.000 metros cuadrados. Pero, cosa de la que no hay que asombrarse, las hijas de este delincuente no se da por vencida y trajina para ver de recuperarlo, alegando que la expropiación fue ilegal.

Las hijas de Laureano Oubiña, Esther y Laura Oubiña Lago, recurrieron a la Sala Civil del Tribunal Supremo el embargo del Pazo de Baión, en reclamo de la herencia de su madre. La mujer, fallecida en accidente de tráfico en 2001, era la depositaria de la mayoría de las acciones de la propiedad. Tras la decisión de la Audiencia, las dos hijas acudieron a Estrasburgo, aunque este tribunal no se pronunció porque "no habían agotado todavía las vías judiciales internas" en España. Esta parte de la historia no se ha terminado.

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Laureano Oubiña sobre la ría de Arousa.

 

Un juez benevolente

Lo cierto es que este peligroso capo ha obtenido la libertad condicional, gracias al  juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, a pesar de que tenía en contra a la junta de tratamiento de la prisión madrileña donde se alojaba, y se basa, entre otros criterios, en sus 70 años de edad, en que está próximo a cumplir ya tres cuartas partes de su última condena, en su buen comportamiento y en que en la calle tiene una oferta de empleo estable.

Lo del empleo es una cosa que nadie se cree. Por lo general son trabajos ficticios, ofrecidos por familiares, testaferros, pero a los jueces les cuela. Curiosamente, antes de esta benévola medida, ya disfrutaba de permisos, porque pese a su historial, contaba con la aquiescencia de la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional, en base a razones de edad. (Va a cumplir 71 años). De momento, ya veremos si es verdad, este sujeto no puede volver a Galicia hasta que liquide en su totalidad   los cuatro años, siete meses y 15 días de cárcel por blanqueo a los que fue condenado el 11 de septiembre de 2012 por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, pena que incluye una multa de 2.226.100 euros y el comiso de varias propiedades.

Para calibrar su nulo arrepentimiento hay que ver el calendario: ya en julio de 2012 fue puesto en libertad, pero volvió a ser juzgado por cuentas pasadas, como la de urdir un plan para “dar apariencia legal a los fondos procedentes de las operaciones de narcotráfico" ingresados en el Banco Popular de Melilla comprando terrenos en las localidades pontevedresas de Sanxenxo y Vilagarcía de Arousa.”.

Su aparición en el programa de Ana Rosa Quintana no fue una gran exclusiva periodística, sino una increíble muestra de su cinismo. Pidió perdón por sus “errores” no por sus delitos, y llegó a considerarse una víctima del sistema y de sentirse "discriminado ante la negativa judicial de concederle la condicional que acaba de obtener "frente a políticos y otros delincuentes", cosa que por lo visto no se considera.

Francamente, cuesta trabajo creerse que esté regenerado y arrepentido, que ese trabajo que dicen va a realizar en una ONG fuera de Galicia sea algo efectivo. Lo que sí que asombra es el anuncio de que piensa escribir sus memorias. Sólo falta que lo veamos por los platós como una nueva estrella de la telebasura.

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