La actividad física genera un vínculo adictivo que nos atrapa

Bicicleta de montaña / Archivo.
Bicicleta de montaña. / Pexels.

La actividad física genera un cúmulo de sensaciones y de necesidades saludables en las que ciertas hormonas actúan como moduladoras, y que nos llevan a querer repetir.

La actividad física genera un vínculo adictivo que nos atrapa

Previo a la pandemia del SARS-CoV-2, las ECNT (Enfermedades Crónicas No Transmisibles) tenían una relevancia muy importante y significaban uno de los mayores desafíos de los sistemas de salud de todo el mundo, ya que dentro de las 10 principales causas de muertes se encontraban —y seguramente se encuentren— la cardiopatía isquémica, el ACV (accidente cerebrovascular), EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), distintos tipos de cánceres, diabetes, nefropatías, etcétera. Luego, el surgimiento de la Covid-19 llevó a condicionar a los distintos sistemas sanitarios del mundo y a que la atención fuera puesta en la resolución de una pandemia cuyo índice de letalidad es del 2,14% —a la fecha superamos los 198 millones de contagiados y los 4.2 millones de muertos—.

En este marco, es que voy a desarrollar la importancia de realizar actividad física moderada y en forma regular, como un medicamento natural responsable de otorgarnos una mayor salud, en su más amplia expresión. Realizar actividad física con regularidad (al menos 30 minutos diarios y durante 5 días) nos otorga aristas saludables, como por ejemplo, alejarnos del estrés, la ansiedad, el dolor, mal humor e insomnio; además, de una sensación de tranquilidad, felicidad o bienestar general que, semeja una adicción, y que nos lleva a la necesidad de volver a ponernos en movimiento.


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En este cúmulo de saludables sensaciones y necesidades entran, como moduladoras, unas hormonas, y que a nivel del sistema nervioso se comportan como neurotransmisores; a saber:

> Dopamina: es un neurotransmisor presente  en amplias zonas encefálicas y que está vinculado a las adicciones; tras la actividad física, esta hormona nos permite experimentar la sensación de placer, lo que genera un vínculo —el binomio placer-actividad— que nos atrapa y nos lleva a desear o repetir las acciones deportivas. Además, estos altos niveles de dopamina, aunque son transitorios —se dan en la post-actividad—, hace que no deseemos otras fuentes de placer, que son menos saludables, como la ingesta excesiva de dulces y embutidos, alcohol, tabaco u otras drogas.

> Serotonina: es una sustancia que fue aislada por primera vez en 1948, en el suero sanguíneo tras la formación de coágulos. En 1953 se la detectó en el cerebro de los mamíferos y posteriormente se comprobó su existencia en el SNC (Sistema Nervioso Central) donde actuaba como un neurotransmisor. Además, se encuentra ampliamente distribuida en los reinos animal y vegetal, en vertebrados, artrópodos, moluscos, en diversos frutos y semillas y en venenos como el de las avispas, escorpiones o incluso en la ortiga.  También, entre otros lugares, se encuentra en la glándula pineal, en donde sirve como precursor en la síntesis de melatonina —hormona que se sintetiza durante las horas de oscuridad y que regula los ritmos biológicos, al actuar sobre el hipotálamo—. Es decir, la serotonina que se libera tras realizar actividad física, especialmente al aire libre, influye notablemente en nuestro estado de ánimo, otorgándonos una sensación de tranquilidad que nos evita estados depresivos, nos ayuda a conciliar el sueño y a regular la ingesta excesiva de alimentos.

> Endorfinas: son péptidos (molécula con una cantidad inferior de aminoácidos, que no alcanzan para conformar una proteína) opioides que actúan en el sistema nervioso central como un neurotransmisor. Tras el ejercicio físico, nos permiten sentir un gran bienestar —alegría y hasta euforia— actuando como un analgésico natural, al reducir o aliviar el dolor, así como la ansiedad y el estrés. El placer que nos otorgan, es tan motivador que nos generan la necesidad de volver a realizar el deporte elegido.

Actividad física al aire libre

Actividad física al aire libre.  / RR SS. 

Para concluir, las sustancias mencionadas son las responsables o las mediadoras del bienestar que genera la actividad física regular, además de conducirnos a tener una mayor salud —paulatinamente, debemos comenzar a pensar en ponernos en movimiento, no sin antes consultar con un médico para realizar las evaluaciones cardiológicas correspondientes, entre otras pruebas—.  @mundiario

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