Wert ha tenido que tomar una dosis de justicia literaria, al estilo del teatro de Lope de Vega

José Ignacio Wert, ex ministro de Educación, Cultura y Deporte.
José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte.
Es sabido que tanto la famosa LOMCE como los "recortes" en materia de educación del ministro Wert están siendo objeto de rechazo prácticamente generalizado por parte de la comunidad educativa.
Wert ha tenido que tomar una dosis de justicia literaria, al estilo del teatro de Lope de Vega

Hay momentos en los que uno comprueba con cierta satisfacción como la justicia poética parece obrar por sí sola.

Este término fue atribuído inicialmente a Thomas Rymer, allá por el siglo XVII, para diferenciarla de la justicia propiamente dicha, donde legalidad y moralidad no siempre confluyen.

En la justicia poética, básicamente, el bien se acaba imponiendo sobre el mal.

José Ignacio Wert ha tenido que tomar una dosis de este tipo de justicia literaria, al estilo del teatro de Lope de Vega -por esto de hacer referencia al Siglo de Oro español- y salvando distancias, obviamente.

Es sabido que tanto la famosa LOMCE como los "recortes" en materia de educación del ministro Wert están siendo objeto de rechazo prácticamente generalizado por parte de la comunidad educativa.

Hace unos días trascendía a la prensa que, durante la entrega de los premios nacionales fin de carrera del curso 2009-2010, varios alumnos se negaban a saludar al ministro como señal de protesta.

La excelencia académica le daba simbólicamente la espalda.

Recientemente, además, ha trascendido que en la  Comunidad de Madrid, la máxima nota de Selectividad la obtuvo Anatolio Alonso, alumno del Instituto Público de Enseñanza Secundaria Juan de la Cierva de Madrid.

Este muchacho obtuvo una nota media de 9.95 entre Bachillerato y Selectividad.

Un muchacho que, además de excelencia académica, posee -según sus profesores y compañeros- profundas convicciones y valores humanos.

Además, Anatolio mostraba su activismo en favor de la educación pública acudiendo al homenaje que le brindó su centro educativo vestido con la camiseta verde.

Por tanto, los que alzan su voz en defensa de la educación libre y gratuita para todos y todas, no son ni vagos ni ninis -como pretende trasladar el ministro Wert a la opinión pública- ni la excelencia académica es patrimonio de ninguna clase social.

A falta de justicia moral, he aquí una dosis de justicia poética.

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