¿Terminó la época dorada de América Latina?

Ciudad de México. / RR SS
Ciudad de México. / RR SS

México es el único país que no depende del ciclo de las commodities, ya que básicamente es exportador de manufacturas. Pocos países de la región parecen dar alegrías: es el caso de Costa Rica. En MUNDIARIO, LatAm al desnudo: ¿hacia dónde vamos?

¿Terminó la época dorada de América Latina?

La década dorada terminó y ya no hay baile de cifras hacia arriba marcando crecimiento económico y progreso social. América Latina no atraviesa una situación de bonanza, la situación económica de la región muestra síntomas de cansancio y vulnerabilidad.  Hablar de ¿estabilidad… a largo plazo? parece una utopía si analizamos lo que está pasando país por país, en una región en la que aún la clase media no está consolidada, las infraestructuras carecen de andamiaje y pesa la dependencia de las commodities y de China.

Ramón Casilda Béjar, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) explica que “El único país que no depende del ciclo de las commodities es México, que básicamente es exportador de manufacturas. Hacia esto tiene que tender América Latina. El problema es que México tiene un anclaje, que es Estados Unidos, por eso tiene que diversificar y apostar por otros mercados”. 

Asimismo, este experto de sangre latina predice que se corre el riesgo de volver a la reprimarización de la economía latinoamericana. Por tanto, debe emprender un nuevo proceso de reformas con el fin de diversificar la estructura productiva. Esto exige definir un nuevo modelo económico de crecimiento dentro de un mundo cambiante, innovador y extremadamente competitivo.

Al desnudo, la realidad a veces es muy cruel. Vemos como agoniza Venezuela, con el pueblo hambriento de justicia, democracia y bienes de consumo básico 

Al desnudo, la realidad a veces es muy cruel. Vemos como agoniza Venezuela, con el pueblo hambriento de justicia, democracia y bienes de consumo básico. Un país que encabeza el ranking mundial por una inflación que se traga al país (casi al 2.000%). El mal llamado “Socialismo del siglo XXI”  todavía golpea a la región y el olvido de USA, por no decir el muro que levanta contra el resto del nuevo continente, son otros de sus grandes males.

Por su parte, Brasil sigue enmerdada de corrupción en el poder político y empresarial, con Odebrecht como bandera. La vecina Colombia y Perú llorando los muertos de desastres ecológicos, evitables siempre… pero ante la sordera y ceguera de las administraciones todo es posible. Colombia intentando avanzar en un proceso de paz que nació negado por su propio pueblo, porque no se puede olvidar que la paz negociada entre las FARC y el Nobel de la Paz, no era la que quería el pueblo colombiano.

Como dice el experto Rogelio Nuñez, subdirector de InfoLatAm, “Los Estados latinoamericanos, ineficaces e ineficientes y con menores recursos, a duras penas pueden canalizar las presiones que reciben de esas sociedades crecientemente mesocráticas. Prueba palpable de esa ineficacia e ineficiencia es lo ocurrido en Colombia (y desde comienzo de año en Perú): el desastre humanitario provocado en Mocoa deja en evidencia a unas Administraciones públicas, en este caso municipales y provinciales, que se ven desbordadas por los asentamientos ilegales que proliferan en los cauces de los ríos, y a un Estado ausente, incapaz de poner en marcha políticas para prevenir, o al menos aminorar, los efectos de las lluvias torrenciales”.

Pocos países de la región parecen dar alegrías: es el caso de Costa Rica. Sorpresa daba Rebeca Grynspan, Secretaria General de la SEGIB,  con una análisis reciente en el periódico El País: “Para muchos, el caso costarricense es un referente debido al extraordinario peso que ha tenido la política pública en la construcción del país que conocemos hoy: la democracia más antigua de América Latina, una sociedad pacífica y estable, con un desarrollo humano muy por encima de su ingreso, y un liderazgo ambiental reconocido en todo el mundo”.

La Secretaria General Iberoamericana hablaba de Costa Rica señalando que está lejos de ser perfecta. “Continúa enfrentando retos como la pobreza y la desigualdad, la inseguridad ciudadana, el rezago en infraestructura y competitividad, y una creciente desafección política”... pero esto no solo le pasa a Costa Rica;  son los problemas que no supera la región. ¿Soluciones? no hay milagros, mientras continúen gobernantes demagógicos, democracias débiles y monstruos de la corrupción en Estado y empresa.

¿Por dónde empezamos para volver a ver brillar a mi querida LatAm? Democracia,  inversión, seguridad jurídica, empoderamiento social contra dictaduras… No es que quiera  dibujar una región sombría que está repleta de valor y talento humano, pero para enderezar el rumbo hay que ser realista y no estamos en el mejor camino.

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