¿Quiénes patrocinan al llamado Estado Islámico?

Activista del EI.
Activista del EI.

¿Cómo es posible que el terrorismo wahabita pase de las cavernas afganas a una organización con propaganda sofisticada, campañas en redes sociales y producciones visuales de calidad comercial?

¿Quiénes patrocinan al llamado Estado Islámico?

¿Cómo es posible que el terrorismo wahabita pase de las cavernas afganas a una organización con propaganda sofisticada, campañas en redes sociales y producciones visuales de calidad comercial?

A fines de enero, un cable de AFP reportó la detención, en Pakistán, de un comandante del Estado Islámico llamado Yusuf Al Salafi, junto a dos colaboradores, en Lahore. Otras fuentes señalan que la captura se produjo en diciembre. Como fuere, lo que diría este personaje, sería silenciado por el mainstream de los medios de comunicación: el ISIS recibe dinero de los Estados Unidos.

El portal pakistaní The Express Tribune reseña que Al Salafi confesó que le pagaban 600 dólares por cada joven reclutado para ir a combatir a Siria, y que parte de ese dinero llegaba vía Estados Unidos. 

Al Salafi es sirio-pakistaní, y llegó a Lahore vía Turquía para montar una célula de la organización terrorista en Pakistán, donde medios locales señalan que cada vez son más visibles las pintadas callejeras y banderas del ISIS en Lahore y Multan.

Estados Unidos tiene una política dual hacia el ISIS. En Irak, los terroristas aceleraron la balcanización del país, con un norte kurdo y la alienación entre shiitas y sunitas. 

En ese país Washington realiza bombardeos contra la infraestructura del autoproclamado Estado Islámico (sic), pero cuidándose de no ocasionarle demasiadas bajas: los mercenarios son necesarios para que crucen la frontera siria para que prosigan la campaña contra Bashar al-Assad.

Los terroristas extranjeros ingresan a Siria, además de Irak, por las fronteras abiertas de Turquía; Jordania, donde son entrenados por estadounidenses; y por el Golán ocupado por Israel, donde son atendidos por los hospitales de campaña montados por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés).

A comienzos de febrero, el periódico israelí Hareetz citó un informe de las Naciones Unidas que revelaba los contactos de las IDF con combatientes en Siria, incluyendo la rama de Al Qaeda en ese país, Jabhat al-Nusra.

Esta línea estratégica fue declarada por Turki bin Faisal Al Saud, príncipe saudí, ex jefe de inteligencia y embajador en Washington: Estados Unidos debe concentrarse más en remover a al-Assad de Siria, que en el Estado Islámico.

Durante el foro de Davos, entrevistado por la CNBC, Faisal señaló que la única razón por la que existe el Estado Islámico es lo que sucede en Siria, y exhortó a las autoridades y gobierno de los Estados Unidos, las Fuerzas Armadas y a la CIA a actuar: "Todos ellos saben lo que debe hacerse, sólo falta la voluntad política".

Para Faisal, el EI es un asunto menor, cuya solución está supeditada al derrocamiento de Bashar al-Assad.

Los yihadistas han recibido apoyo de los organismos de inteligencia occidental, algo admitido por la propia ex secretaria de Estado y precandidata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. Y el financiamiento de los mismos, proviene de dos Estados clientelares de Washington: Arabia y Catar.

Precisamente en ambas petromonarquías se equipan y entrenan los mercenarios que terminarán en Siria.

El ex marino de los Estados Unidos y miembro de Human Right Watch, Ken O'Keefe, manifestó en una entrevista a PressTV que Estados Unidos no puede negar más su papel en la generación y profundización de la crisis generada por el ISIS, porque tiene el papel central en financiar, armar y entrenar a los terroristas takfiríes mediante las monarquías árabes.

Para O´Keefe, el show de depacitaciones y ejecuciones de ciudadanos occidentales en Siria son el pretexto que necesitan los belicistas para seguir una guerra sin fin.

Al igual que George W. Bush y su "Guerra contra el Terror", Obama envió un proyecto de resolución al Congreso para reafirmar esa doctrina, en relación al ISIS, sin límites geográficos, como de facto viene realizando desde su primer día en el Salón Oval, bombardeando Yemen, Pakistán, Somalía, Afganistán, Libia, Irak y Siria.

El año pasado, el ex contratista de la CIA y la NSA, Edward Snowden, reveló la existencia de documentos que prueban la implicancia del Mossad y el MI6 británico en la creación del Estado Islámico, como parte de una estrategia llamada "Nido del Avispón", que consiste en aglutinar a todos los terroristas posibles en un sólo lugar. 

En ese contexto podrían leerse con otro significado las palabras que tronaron desde Israel, de la boca del rabino ortodoxo Nir Ben Artzi:

Dios ha lanzado al Estado Islámico contra las naciones que quieren acabar con Israel

Estados Unidos, por su parte, no duda en acusar a las prolíficas familias reales del Golfo Pérsico de ser una suerte de Medicis para organizaciones como Al Nusra o el ISIS.

James Stavridis, ex almirante de la marina estadounidense, y comandante supremo de la OTAN, señaló en una entrevista a la NBC que una vez que las organizaciones son creadas, "empiezan a ponerse de pie y a financiarse con otros métodos para recaudar fondos, como el secuestro, el contrabando de petróleo, vender mujeres como esclavas, etc."

Durante el encuentro del año pasado del Council of Foreing Relations (CFR), el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammed Javad Zarif, señaló que la conferencia de París, que reunió a líderes de la UE y la Liga Arabe, es una "coalición de arrepentidos", insinuando que ellos habían creado al monstruo.

Fue allí, en el CFR, que el cancillér iraní disparó las acusaciones contra esos países, "porque el ISIS necesitó ser apoyado y provisto de armamento, dinero y finanzas por un buen  número de aliados regionales de los Estados Unidos".

Un testimonio descarnado lo brindó la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí, que acusó a la coalición liderada por Washington de armar al Estado Islámico: "Aviones de la coalición violan la soberanía iraquí y las normas internacionales a través del lanzamiento de ayuda al EI y el aterrizaje de aviones en territorios controlados por este grupo”.

El Parlamento iraquí ejerce presión sobre las autoridades militares como a la cartera de Defensa, para que intercepten y destruyan todos los aviones de la coalición que asisten o aterrizan en territorio del EI.

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