Podemos: los bolcheviques ya no nos salvarán y todo cambiará

Estación Metro British Museum 1937
Estación Metro British Museum 1937

El dueño de Zara posee una sociedad patrimonial donde acumula 10 mil millones de inversiones en propiedades. ¿No es obsceno?

Podemos: los bolcheviques ya no nos salvarán y todo cambiará

Los bolcheviques han regresado a España. Son necesarios –y aunque este artículo es polémico– han derrotado a la facción que pensaba que el centro es más sólido para reformar la sociedad española. Se aleja el compromiso histórico entendido por acuerdos para sumar las reformas. Para el líder bolchevique la manera más grata es dar miedo, meter presión en la base social, usar las movilizaciones para llegar al poder y si ello no es posible amargarle la fiesta a quien sea. La sociedad española desde hace 30 años está gobernada por una coalición de socialdemócratas y liberales. Los primeros del cual su mejor representante es Felipe González tenían a bien de poner ministros de economía liberales y la derecha puso a liberales en las reformas. Esta coalición ya no es fielmente representada en la izquierda, que se ha separado entre bolcheviques y suaves socialdemócratas.

Todos nos preguntamos "¿hacia dónde va Europa?", y entre ellos una de sus economías más dinámicas: la española. Sería un desmán intelectual decirlo pero si podemos intuirlo: o nos desenganchamos de la globalización al estilo Trump o el Brexit inglés o la ultraderecha francesa, o asumimos que la globalización tiene componentes positivos: flexibilidad, ausencia de ganadores previos, movimiento de trabajadores y talento.

La globalización es una apuesta entre el dinero como valor patrimonial que separa las clases o el talento que unifica la sociedad bajo el mérito. Aún hoy pensamos en el dinero. Todos desean ser considerados por este. Todos desean participar de la clave de Carlos Marx en M-D-M, todos desean cambiarse por dinero. Pero esta globalización nos trae otro paradigma y comienza por la siguiente afirmación:

"La Élite ya se ha separado de los compromisos del pasado con la clase baja local", Z. Bauman (1), y con ello se abre una brecha espiritual. Contemplamos multimillonarios que ya no se gastarán lo que tienen en su vida, el dueño de Zara con 50.000 millones. La riqueza es obscena, pues ¿no debemos considerar otro medio para valorar?; y es aquí donde surge el talento, el único valor que permite comparar las aportaciones personales sin incurrir en una riqueza que constituye Elites artificiales.

¿Quién le cortará la cabeza a quién?

Los bolcheviques españoles no están listos para asumir la dirección espiritual de esta sub-clase, están divididos y su director leninista ha sucumbido al amor a la casa con garita de la Guardia civil. ¿Lo harán los partidos de ultraderecha o los populistas europeos?

Esta disconformidad, este infarto de las conciencias ¿se traducirá en una sociedad de izquierdas o los nuevos sectores de jóvenes que asumen la globalización como algo positivo se rebelarán y generaran nuevos líderes? Es como preguntarnos si los anglos blancos de la clase obrera en decadencia que votan a Trump dirigirán a EEUU o sus jóvenes globales se lo impedirán

La nueva sociedad ya no será con unas Elites golosas y corruptas de poseer lo que ya sabemos no es posible en vida. Y sino es en vida, ¿quién se comerá sus arrogantes castillos de dinero?: el talento

Notas

El dueño de Zara posee una sociedad patrimonial donde acumula 10 mil millones de inversiones en propiedades. ¿No es obsceno?

(1) Pág. 113. Z Bauman, Tiempos Líquidos:

> Es la segunda economía exportadora de Europa después de la alemana, con un 36% de su PIB destinado al exterior.

> Uso la terminología bolchevique-menchevique pues nos permite dar un sentido dramático más interesante. @mundiario

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