Parar la islamofobia exige trabajar juntos para evitar el odio

La islamofobia se agrava en España. / RR SS
La islamofobia se agrava en España. / RR SS

Cerrar filas ante al terrorismo puede y debe ser compatible con evitar la islamofobia y culpabilizar a la comunidad musulmana; máxime cuando las comunidades islámicas en España no han dudado en sumarse a la condena de los atentados

Parar la islamofobia exige trabajar juntos para evitar el odio

La islamofobia es un sentimiento de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia todos los musulmanes. Hay críticos que advierten de que el concepto es usado, de forma impropia, para desprestigiar o silenciar la legítima crítica al islam, sobre todo en relación a las libertades civiles y los derechos humanos característicos de los países democráticos de naturaleza laica. Sea como sea, es importante para todos evitar la islamofobia.

Casi dos millones de personas profesan el islam de forma pacífica en España, razón más que suficiente para propiciar su implicación en la lucha contra los terroristas yihadistas, los únicos culpables de atentados como los de Barcelona o Cambrils (Tarragona). Pero una sociedad democrática no puede tolerar los ataques contra los musulmanes y sus mezquitas, ni proclamas con agresiones verbales. Parar la islamofobia exige trabajar juntos para evitar el odio y la incomprensión. Por parte de todos.

El sentido común y las experiencias de otros países con problemas similares prueban que la lucha contra el terrorismo yihadista tiene que contar con una implicación en profundidad de los musulmanes​

Cerrar filas ante al terrorismo puede y debe ser compatible con evitar la islamofobia y culpabilizar a la comunidad musulmana; máxime cuando las comunidades islámicas en España no han dudado en sumarse a la condena de los atentados y en rechazar la instrumentalización que los yihadistas hacen de su religión.

El sentido común y las experiencias de otros países con problemas similares –Francia, Bélgica, etcétera– prueban que la lucha contra el terrorismo yihadista tiene que contar con una implicación en profundidad de la comunidad musulmana. La deriva de algunos sectores hacia el odio al islam, tan propagado en Internet, trajo consigo ataques a mezquitas e incluso agresiones que deben ser condenadas sin matices.

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