Los españoles, ante un nuevo cambio, no solo generacional: un nuevo futuro

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Sus representantes se han olvidado del pueblo. Alejan su más preciosa defensa gravando el legítimo acercamiento de la justicia al ciudadano, malgastan su dinero y desprecian sus derechos.

Los españoles, ante un nuevo cambio, no solo generacional: un nuevo futuro

Más la codicia tiene garras para coger, pero no tiene manos para labrar.

Antonio Machado

 

Sus representantes se han olvidado del pueblo. Alejan su más preciosa defensa gravando el legítimo acercamiento de la justicia al ciudadano, malgastan su dinero y desprecian sus derechos.

Poder y dinero: Podría ser el titular. La ambición y el deseo de poder sin límite, enferma a los hombres. Los aleja de la cultura y la moralidad.

Transcurrida la modélica Transición Política, sin duda vivimos un periodo que exige un profundo análisis y reflexión, pues posiblemente nos encontramos ante un nuevo cambio, no solo generacional, también de ciclo: un nuevo futuro.

Una cosa es la juventud de nuestra Constitución y otra bien distinta es la madurez intelectual del pueblo. Si escuchas con interés en diversos ámbitos y foros, entre profesionales, funcionarios, asalariados, en la pequeña y mediana empresa, en las personas cercanas, en nuestros mayores, muy especialmente en nuestros jóvenes altamente capacitados, constatas que no solo hemos alcanzado esa madurez intelectual, también ideológica, sino que los ciudadanos, el pueblo es mucho más razonable y generoso que sus políticos.

A nuestros representantes les falta honestidad y cultura en el ejercicio del servicio público.

Como bien expresaba Sócrates: “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.

La ignorancia, no es la del pueblo trabajador, consciente, preparado, en su mayoría culto y responsable. Es la de aquellos de sus representantes, a los que otorgándoles nuestra confianza y nuestro estimable voto, embebidos en los brillos del poder, ignoran la realidad de un pueblo inteligente y decepcionado, se muestran ajenos y sordos a sus legítimas quejas (3.000.000 de niños y 13.000.000 de personas en situación de pobreza).

Alejan su más preciosa defensa gravando el legítimo acercamiento de la justicia al ciudadano, malgastan su dinero y desprecian sus derechos. Los políticos se han olvidado de nosotros y nosotros… les perdemos el respeto. Todo acto tiene sus consecuencias. Intimas, morales, también jurídicas.

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