Narciso Michavila: 'Muchos partidos son conscientes del gran descontento social'

La Fundación Wellington celebró esta semana un coloquio titulado “Una Nueva Sociedad Española” con Fernando Jáuregui, Narciso Michavila, Edurne Uriarte y Ana Samboal como moderadora.

Abrió el acto Cristina Moratiel, presidenta de la Fundación Wellington, que puso de manifiesto algunas de los características más marcadas de la actual sociedad española, como es el empobrecimiento de la clase media, la emigración de talentos y el envejecimiento de la población, así como las posibilidades que ofrecen las TIC’s y el desarrollo del espíritu emprendedor.

Comenzó el coloquio de la mano de la periodista Ana Samboal, directora de “Diario de La Noche” de Telemadrid, quien retó a los ponentes a analizar la compleja incertidumbre política y social.

Cómo experto analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos y gran conocedor de la opinión pública española y Presidente de GAD3, Narciso Michavila manifestó que la sociedad española ha cambiado significativamente en los últimos cincuenta años y que “a medida que las nuevas tecnologías han avanzado, la sociedad se ha ido sofisticando. Hoy distintas generaciones muy diferentes conviven en un mismo espacio”, unificar perfiles tan diversos simultáneamente es complejo. El gran problema es el importante número de desempleados, aunque la pobreza y la desigualdad han revertido desde 2014. “Muchos partidos son conscientes del gran descontento social, y esto está presente en algunas estrategias de comunicación política y electoral”. Por ello, es importante recuperar el prestigio y la fuerza de las instituciones, como solución política.

Desde su experiencia en el marco político español y columnista habitual en varios medios de comunicación, Edurne Uriarte hizo un interesante análisis social desde el punto de vista político: No es fácil dar respuesta a las cuestiones del futuro. Sin embargo, el presente nos muestra un auge de populismos y movimientos de extrema izquierda. Edurne Uriarte reflexionó sobre los efectos de estos movimientos: “Existen tres procesos claros. El primero ha sido el sentimiento anti político debido a la desconfianza a los partidos políticos y a las instituciones. Muchos achacan los problemas al sistema o al Estado, asegurando tener la cura del mal. Un recurso repetido e intensificado en los medios de comunicación y redes sociales”. Unido con la crisis económica y el colapso del sistema del bienestar, estos fenómenos no son nuevos y la estructura ideológica española se reparte entre las opciones de centro izquierda y derecha. Sólo cabe el aumento desmesurado de la extrema izquierda si logra transformarse en una opción más próxima al centro, aunque esto es poco probable por su estructura y liderazgo: “Los efectos de estos discursos a medio y largo plazo son preocupantes para la calidad y legitimidad democrática. Es necesario hacer un uso responsable de la sociedad”.

Por último, Fernando Jáuregui, desde su prolongada experiencia en diversos medios de comunicación españoles y ahora liderando un proyecto empresarial, Diariocritico.com, aludió a las diferencias de la sociedad española frente a otras: “La sociedad española vive invertebrada y muy por detrás de los niveles óptimos de desarrollo”, uno de los mayores lastres para el desarrollo de cualquier sociedad democrática. Según Fernando Jáuregui, desde que irrumpiese la crisis económica, se han planteado ideas revolucionarias que distan del verdadero espíritu transformador e inconformista: “Mientras la educación española esté imbuida en los esquemas antiguos y no fomente la participación, no tendremos una generación de jóvenes dispuestos a hacer los gestos necesarios y valientes”. Para este experto en comunicación y proyectos como ‘Emprendedores 2020’ o ‘Educa 2020’ “la revolución comienza en la familia, comprendiendo que el emprendimiento es una gran oportunidad y un reto para los jóvenes españoles, que tienen a su alcance una herramienta para desarrollarse profesionalmente y crear puestos de trabajo”. Por otro lado, el periodista aseguró que las administraciones y estructuras políticas requieren una transformación importante, que ha de ir acompañada de una revolución en los medios de comunicación. Mientras no entendamos cuál es el problema, difícilmente podremos solucionarlo: “es necesario liberar a la sociedad civil”.