El nacionalismo catalán deberá elegir entre Borràs y Aragonès

Pere Aragonès. / RR SS.
Pere Aragonès. / Pixabay

Las incógnitas son la presidencia y el tercer socio ineludible, que podría ser PNC, CUP, Comúns o el PSC si olvida sus escrúpulos recientes, mientras Ciudadanos se desploma y entra Vox.

El nacionalismo catalán deberá elegir entre Borràs y Aragonès

A cien días de las elecciones catalanas se han despejado algunas incógnitas relevantes. La principal, la candidata vicaria de Puigdemont que finalmente será Laura Borràs, actual portavoz parlamentaria de su grupo en el Congreso, anteriormente efímera  Consejera de Cultura de la Generalitat y con una larga carrera académica como profesora universitaria. Frente a ella el candidato vicario de Junqueras, Pere Aragonès, actual Presidente en funciones. Entre ambos la disputa por la hegemonía del nacionalismo. Que ambos sean socios del actual Gobierno catalán sin que se aprecien excesivas diferencias programáticas, revela parte de la complejidad de la política catalana.

Los demás candidatos son secundarios. Las encuestas indican que el PSC y el PP crecerán mientras Ciudadanos se desploma. Tanto Comuns como la CUP se mantienen. Como novedad, Vox accede a la Cámara y también podría hacerlo el PNC, una de las muchas escisiones del partido JxCat. Si los resultados confirman las encuestas las incógnitas serían la Presidencia de la Generalitat y la elección del tercer o cuarto socio entre PNC, CUP, Comuns o PSC. Miquel Iceta ha proclamado que no gobernarán con independentistas por lo que parece estar asumiendo que la ecuación antedicha le deja fuera.

 

Laura Borràs (primer plano), representante de JxC. / Twitter

Laura Borràs, a la izquierda.

Laura Borràs ha confirmado como portavoz los rasgos de su anterior trayectoria, mediática, amante de la polémica, alineada en la línea radical de Torra y Puigdemont. Aragonès exhibe por el contrario un talante moderado, aunque no ha dejado de recordar que aprobaban los Presupuestos estatales como medio de acercarse a la república catalana, la misma idea expuesta por Otegui, demostrando uno y otro la necesidad de calmar a su respectiva parroquia ante el evidente entreguismo al Gobierno estatal.  Ambos candidatos comparten orígenes sociales acomodados, de lo que curiosamente el portavoz de ERC acusó a Borràs en las Cortes.

Las encuestas más recientes sitúan a ERC como primera fuerza con una pequeña ventaja sobre JxCat, datos similares a los de las anteriores elecciones por lo que cualquier resultado es posible. En toda la historia democrática Esquerra nunca ha conseguido ganar. Ahora deberá convencer de que el pragmatismo es mejor que el radicalismo, después de haber defendido y practicado desde la Generalitat todo lo contrario. Aragonès es un profesional de la política mientras que Borràs, además de la ventaja de género, ofrece un perfil más diverso.

La aparición del PNC pude restar votos a JxCat, si bien podrían no ser suficientes como para lograr representación parlamentaria. En el extremo opuesto la caída espectacular de Ciudadanos que podría perder dos tercios de sus escaños, favorece a los partidos estatales que suben, principalmente el PSC. Los dos bloques, nacionalistas y estatalistas no variarán apreciablemente. Cataluña seguirá partida por la mitad entre dos visiones antagónicas. De hecho la línea divisoria no se establece entre izquierda y derecha sino entre más o menos identidad que es como decir  entre más y menos capacidad de autogobierno.

El PSC tiene su parte de responsabilidad en dicha evolución que ha difuminado sus propias señales de identidad. De igual forma Ciudadanos, tras ganar las últimas elecciones catalanas no supo qué hacer, apresurándose sus líderes a refugiarse en Madrid, como asustados de su propio éxito. La mayoría de electores no nacionalistas ha quedado desamparada y obligada a elegir entre grupos que no han mostrado demasiado interés en oponer una alternativa sólida al nacionalismo. El voto a Vox representará a la minoría más hastiada del discurso dominante. @mundiario

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