La detención del fotoperiodista Raúl Capín, un símbolo más de lo que pasa en España
Raúl Capín, fotógrafo y colaborador de Mundo Obrero, fue detenido en su domicilio y acusado por agredir a agentes durante las manifestaciones del 23 de febrero y el 25 de abril.
La derecha ya le había marcado como radical, y falso fotógrafo, supuesto provocador extremista infiltrado en las manifestaciones. Primera plana en La Razón y en El Mundo como instigador de masas, por los defensores del sistema, quienes sí utilizan, a veces, los medios para crear un desorden que no existe, y acusan a quienes simplemente reflejan la realidad que estamos viviendo.
Sinceramente, se nos están escapando los malos, que se detenga en su casa a este hombre como si fuera un narcotraficante, pillado con las manos en la masa, y que veamos el trato de cortesía dado a auténticos ladrones o violadores incesantes de los derechos más básicos, es inaudito.
Esta detención es uno de los símbolos más evidentes de lo que estamos sufriendo: la represión hacia todos los movimientos sociales que gritan indefensos sus derechos, y con ellos a todos los que por su profesionalidad informan desde la calle de todo lo que está pasando, informadores que creen en la verdad, y que no pertenecen a ningún club político. Pero como no sirven al sistema, por eso son peligrosos, porque no es fácil taparles la boca, o nublar su objetivo.
Desgraciadamente, esto denota fisuras en la democracia, en su libertad de expresión, porque censurar a la prensa, de la forma que sea, es imponer una práctica muy peligrosa. Todo para desacreditar cualquier movimiento que vaya en contra de sus derechos particulares, y pueda de alguna forma despertar a los demás. En estos momentos, Raúl se encuentra detenido en la comisaría de Moratalaz. Que no piense nadie que con esto se salvan de algo.
Suma y sigue…