Esta crisis económica parece ser perfecta para cargarse todo lo público

Menos sueldos y más impuestos, receta del FMI para España.
Menos sueldos y más impuestos, receta del FMI para España.

El sistema ha conseguido anestesiarnos, y bajo la regla más antigua, “divide, y vencerás”, está alineándonos en una guerra entre derecha e izquierda, según explica esta colaboradora.

Esta crisis económica parece ser perfecta para cargarse todo lo público

¿Qué importa que nos mientan, si no estamos escuchando? El problema es: ¿dónde estamos?

Estamos ante un crecimiento negativo según los expertos, ante lo cual el Gobierno español se ve obligado a aplicar reglas durísimas, supuestamente por nuestro bien. Este sistema ha conseguido por un lado anestesiarnos, y bajo la regla más antigua: “divide, y vencerás”, alinearnos en una guerra entre derecha e izquierda.

Pero el problema es el mismo para todos, la crisis se plantea como algo externo, algo de lo que tenemos que responder sin ser culpables, sin juicio pero con sentencia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) se encarga de prestar dinero a los países que lo necesitan… ¿y quién se lo presta al FMI, si el dinero se fabrica?, ¿quién es el dueño de esa fábrica, y quién lo gestiona porque endeuda a sus propios integrantes? Porque la deuda es dinero, más dinero y ese es el auténtico poder. Este es el camino directo a un gobierno mundial, una vez que ahoguemos la independencia de cualquier estado anulando su economía, y haciéndoles dependientes tendrán que aceptar sin opción cualquier política establecida sea esta democrática o no, como la reciente pretensión de rebajar el 10% en el sueldo de los que menos tienen.

El FMI es una alianza para actuar con todo poder contra todo país con la idea absurda de ayuda que no existe. Es una estafa, un robo, una mentira, es una guerra. El G-20 cede todo el poder al FMI hundiéndonos y esclavizándonos a todos, en beneficio de unos cuantos, los amos del mundo que lo destruirán sin ningún escrúpulo, creando el sueño del mayor fanático realidad, un planeta con dos especies bien diseñadas como si de un hormiguero gigantesco se tratara, existirán unos que vivirán como “reinas” con el culo bien gordo y millones de esclavos, millones de súbditos que permanecerán atados por la mayor cadena de represión conocida, la dependencia del sistema más injusto jamás diseñado. Es el mayor de los terrorismos, cuando no puedes vivir, cuando no puedes comer, cuando no hay nada a lo que puedas acceder porque todo tiene un patrón para ser conseguido, el dinero.

¿Prólogo de una revolución?

Esto no ha hecho más que empezar, podríamos estar ante el prólogo de una revolución, contra el mayor robo de la historia. Las grandes potencias económicas se reunieron en Londres para fijar un nuevo orden mundial… ¿a la orden que quién? ¿para qué?

Como ciudadanos elegimos a unos representantes que deben defender nuestros derechos, y velar por nuestros intereses de forma democrática, deben de saber administrar las finanzas de todos, dentro del denominado interés general.

Para ello pagamos unos impuestos, que deben de ser gestionados que garanticen de forma total la educación y la sanidad, por ejemplo, creemos en los proyectos que tengan que ver con innovación, y que sirvan para aportarnos mayor crecimiento, y por supuesto trabajo y por ello contribuimos todos con parte de nuestro sueldo, pero de pronto unos gestores dan luz verde a la construcción de aeropuertos que no sirven para nada, o cualquier otra idea que no sirve ni estimula la economía que no sea la del bolsillo del amiguete de turno, y de esa forma nos hipotecan cada vez más engañándonos e intentando que entendamos que somos nosotros los que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que toda responsabilidad es nuestra, y que por ello ahora deberán de optar por medidas muy duras como rebajarnos el sueldo o privatizar sistemas que ya no se mantienen con la unión de todos…

Mentiras, y mentiras, pero no les preocupa, porque saben que para nosotros es un problema de ideología, y así si lo propone el partido al que he votado, lo defenderé aunque en ello sufra las consecuencias, porque la culpa siempre es de otros, no se han respetado los límites de deuda que puede tener un país, porque esa es la trampa, del mismo modo que no se respetaron las economías de los que menos tenían a la hora de conceder una hipoteca, es el mismo juego a mayor escala, una vez prisioneros, y presionados por quienes poseen nuestra deuda la opción es sencilla, asumir lo que nos manden.

Esta crisis es perfecta para cargarse todo lo público, todo lo que nos pertenece para anularnos y esclavizarnos de por vida.

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