El Gobierno busca una salida para la crisis con Marruecos

Pedro Sánchez, presidente de España. / Captura TV
Pedro Sánchez, presidente de España. / Captura TV
El Ejecutivo estudia dos escenarios: enviar un ministro a Rabat para calmar los ánimos o buscar que el Rey haga una llamada a Mohamed VI con el fin de llegar a un acuerdo. 
El Gobierno busca una salida para la crisis con Marruecos

La crisis entre España y Marruecos no termina. Tras la salida, en la madrugada del miércoles, del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, a Argelia; en Rabat no han respondido a las llamadas de Madrid para resolver la situación de los menores en Ceuta o las temporeras en Huelva. En medio de este panorama, el Gobierno de Pedro Sánchez ya estudia algunas salidas para desbloquear la crisis.

La primera es que el Ejecutivo envié a un ministro a Marruecos. La segunda es que el Rey Felipe VI haga una llamada a Mohamed VI. Sea cual sea la posibilidad, según fuentes consultadas por El País, la situación es muy peligrosa. Domina la desconfianza y cualquier incidente, inocuo o fortuito, puede ser malinterpretado y agravar la crisis.

De hecho, en juego se encuentra la vida de  los casi 1.000 menores y alrededor de 500 adultos que entraron irregularmente en Ceuta y siguen bloqueados allí; o las 12.600 temporeras marroquíes que han concluido la recogida de la fresa y no pueden regresar a su hogar. 

A solo 11 días de la fecha oficial de arranque de la Operación Paso del Estrecho, el mayor tránsito de personas y vehículos en Europa, Marruecos no aclara si piensa llevarla a cabo o la suspenderá como en 2020.

 A juzgar por el comunicado que el Ministerio de Exteriores marroquí difundió el pasado lunes. Rabat ya advirtió entonces de que la comparecencia de Gali ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que lo interrogó sin imponerle ninguna medida restrictiva de su libertad, sería condición necesaria pero no suficiente para cerrar la crisis.

“Las legítimas expectativas de Marruecos van más allá. Comienzan con una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España, de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones”, reclamaba la diplomacia marroquí. España considera que ya ha dado explicaciones a Marruecos sobre las razones “estrictamente humanitarias” por las que acogió a Gali y señala que no hay cambio alguno en su posición sobre el contencioso del Sáhara. 

El Gobierno contempla una visita de un ministro a Rabat, para ofrecer dichas explicaciones. Esta podría ser la titular de Exteriores, Arancha González Laya, pero esta podría encontrar un ambiente hostil en el país vecino porque Rabat ha personalizado en ella su enfado. O una llamada del Rey a Mohamed VI. No sería una petición de disculpas, pero Marruecos podría tomarlo como tal. @mundiario

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