El FBI advierte de posibles protestas armadas en EE UU el día de la juramentación de Biden

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El Capitolio de Washington DC, sede del Congreso de EE UU, siendo asediado por los seguidores del presidente Donald Trump durante el asalto del 6 de enero. / NBC
El organismo tiene informes de inteligencia que señalan que "se están planeando protestas armadas en todos los 50 estados del país desde el 16 hasta el 20 de enero, y otra vez en el Capitolio de Washington del 17 al 20 de enero con una enorme revuelta" para evitar la llegada de Biden al poder.
El FBI advierte de posibles protestas armadas en EE UU el día de la juramentación de Biden

El caos no descansa. A medida que avanzan los días, la presión política se acumula en la mayor potencia mundial con el temor generalizado de un posible estallido ante la polarización que vive el país. Poco menos de la mitad de Estados Unidos comulga con el presidente saliente, Donald Trump, una masa social que se organiza como una especie de movimiento antipolítico y antisistema para evitar que llegue al poder lo que ellos interpretan como el fantasma del socialismo, representado en la figura del presidente electo, Joe Biden, gracias a la retórica infundada de Trump durante la campaña electoral. 

Y luego del deleznable asalto a la cuna de la democracia y la fuente del Estado de derecho en el país más poderoso del mundo, lo que sigue en Estados Unidos es de todo menos paz, estabilidad y seguridad interna, por muy irónico que parezca viniendo de una superpotencia como esa. 


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Las alarmas se encienden nuevamente cuando el país aún no ha terminado de procesar el acto de terrorismo doméstico ocurrido el pasado 6 de enero. El FBI (Buró Federal de Investigaciones) ha recibido información de que se están convocando a protestas armadas en los Capitolios de los 50 Estados de Estados Unidos entre el 16 de enero y el 20 de enero, según informó la cadena de televisión ABC. 

¿Un período de caos en la mayor potencia mundial?

Es decir que, dentro de cinco días podría detonar un ciclo de inestabilidad y anarquía configurado como una estructura extremista identificada con Trump para encarar lo que ellos llaman “la lucha contra el establishment (el sistema)” en una última cruzada para cumplir con el llamado de su líder a “recuperar el país”, pues así se los comunicó y prácticamente ordenó Donald Trump frente a la Casa Blanca antes de incitar a sus hordas de seguidores a marchar al Capitolio, sede del Congreso, para evitar la confirmación de Biden como presidente.

Aunque las autoridades no han dado a conocer los nombres de los grupos, su intención es impedir que Trump sea obligado a dejar la presidencia antes del 20 de enero. La convocatoria también pide acudir al Capitolio en Washington del 17 al 20 de enero. 

Ante el veto de Trump en Twitter, Facebook e Instagram para impedir cualquier difusión de propaganda política extremista o llamado del presidente a boicotear la toma de posesión de Biden, el trumpismo se ha refugiado en una red social con poco o nada de control, llamada Parler, a través de la cual se han difundido mensajes que están organizando un movimiento masivo para generar caos, desestabilización y, posiblemente, violencia en el acto de juramentación de Biden, quien recibirá la transferencia de poder por parte del vicepresidente Mike Pence en vista de la anunciada ausencia de Trump en la ceremonia de investidura.

Estas organizaciones extremistas, compuestas por movimientos ilegales como “Proud Boys” o el Klu Klux Klan, impulsados por los supremacistas blancos alineados con Trump, son foros de ultraderecha que planean nuevas acciones para realiza la llamada “Marcha del Millón de Milicias” el 20 de enero, día de la investidura de Joe Biden. Sin duda, Estados Unidos y el mundo están en presencia de un claro llamado a otro acto de terrorismo doméstico, pero a mayor escala, para bloquear el traspaso del poder, algo que, de ocurrir, no tendría precedentes en la historia de la mayor potencia mundial.

Las potenciales consecuencias

El FBI, el Pentágono y Twitter advierten de que se planean más revueltas, y las autoridades de la capital, Washington DC, piden más seguridad. Si esa nueva revuelta sacude la transferencia constitucional de la presidencia, que el mundo entero estará observando el 20 de enero incluso con la presencia de varios jefes de Estado y líderes internacional en esa ceremonia, EE UU podría entrar en un ciclo de inestabilidad impulsado por el surgimiento de un movimiento anárquico inspirado en la figura e ideología de Donald Trump, lo que sería una especie de golpe de Estado civil reflejado en extremismo social.

Según un informe interno al que tuvo acceso la cadena ABC, “el FBI ha recibido información de un grupo armado identificado que pretende viajar a Washington el 16 de enero”. “Han advertido de que si el Congreso intenta apartar al presidente a través de la enmienda 25 habrá una enorme revuelta. Se están planeando protestas armadas en todos los 50 capitolios estatales desde el 16 hasta el 20 de enero, y otra vez en el Capitolio de Washington del 17 al 20 de enero”, señala el informe del Buró.

El problema es que aunque Trump entregará el poder y saldrá de la Casa Blanca, su base radical ya está organizada y movilizada para defender esa suerte de religión antipolítica que el magnate instauró como un mantra social en el segmento extremista y ultranacionalista de la población estadounidense. Y en caso de que estalle un atentado contra la toma de posesión de Biden, sería responsabilidad de un nuevo fallo en el sistema de inteligencia del país tal y como ocurrió el 6 de enero con el asalto al Capitolio.

El Pentágono (Departamento de Defensa de EE UU) informó de que también “está al tanto de más amenazas posibles por parte de potenciales terroristas en los próximos días, incluido el 20 de enero”. Así se lo expresó el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, al congresista Jason Crow en una conversación telefónica cuya transcripción ha hecho pública el legislador demócrata, miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, divulgada por la cadena ABC News.

¿Se convertirá el terrorismo doméstico, el extremisto y la anarquía apolítica en la nueva oposición de Estados Unidos contra el Gobierno de Joe Biden? Sin duda, esto también tendría repercusión en el resto del mundo por la debilidad que induciría en la posición de Washington como líder y primera potencia global. @mundiario 

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