¿Qué pinta y quién paga la presencia de Begoña Gómez en viajes de Estado?

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Begoña Gomez cuan "primera dama"
Otra vez se hace pasar a la esposa de Sánchez, por "primera dama", concepto que en todo caso corresponderia a la reina.
¿Qué pinta y quién paga la presencia de Begoña Gómez en viajes de Estado?

Lo han vuelto hacer. También lo hacían Zapatero y Aznar, pero no Rajoy ni Felipe González. Pedro Sánchez ha vuelto a enrolar a su esposa, Begoña Gómez en un viaje de Estado, otorgándole una representación que no tiene. La cónyuge del presidente del Gobierno o de cualquier otro miembro del mismo es una persona particular, sin estatuto o rol distinto del que cualquiera otra esposa o esposo de cualquier ciudadano. Begoña Gómez no es la primera dama, concepto que no existe en España, ni siquiera la segunda. En todo caso el equivalente sería la reina consorte esa primera dama. Todavía se recuerda el incidente provocado por la mujer de Aznar, en un viaje a Cuba en el que estaba la reina Sofía con Juan Carlos I, en el que le prepararon una serie de visitas institucionales a la parienta de Aznar haciendo paralelas a la reina.

Y en este caso, de la Gómez, cabe preguntarse quién asume los gastos del viaje, estancia y demás, quién la acompaña como séquito y qué papel juega en todo esto. Sánchez no es el jefe del Estado, ni su esposa asume rango representativo salvo de sí misma. Y como dicen los ingleses “no se lleva la esposa a la oficina”. Pero es que, además, Sánchez dice ser socialista y se supone que ello debería imbuirle la prudencia necesaria que, como decía el verdadero socialista Sandro Pertini, debe presidir el uso de los recursos públicos.

Pero no se privan de nada, lo que evidencia la cuidada preparación del viaje, en cuanto al pintoresco atuendo con que Sánchez y señora se han presentado en un acto público, ataviados a la moda del lugar, con cierto sentido teatral de la puesta en escena. Lo malo es que, en ocasiones, lo ridículo está a la vuelta de la esquina. Porque lo más gracioso de todo esto es que se presentaron en la cena de gala de la cumbre del G20 en Bali, cita en la que sus estilismos no han pasado desapercibidos. Eran como dos cromos. Lo más curioso es que Sánchez y su esposa se vistieron de morado, misma tonalidad (¡qué coincidencia!) que el ministro ruso de exteriores, Seguei Lavrov. Las crónicas de la prensa rosa dicen que iban muy propios a la moda indonesa, con el mismo estampado, para la pasmina de ella y la camisa de él. Y por si faltaba algo, la llaman “la primera dama", como corresponde al periodismo de cámara. @mundiario.

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