TVE, otra tele de pago

El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha decidido que TVE no se financie con publicidad, lo que supone una pér

El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha decidido que TVE no se financie con publicidad, lo que supone una pérdida de ingresos anuales para la televisión pública de casi 500 millones de euros. Las compensaciones llegarán por varias vías: el 3% de los ingresos de las privadas (casi 150 millones de euros), el 0,9% de la facturación de las operadoras de telecomunicaciones (sobre 300 millones) y una tasa a los usuarios del espacio radioeléctrico (otros 250 millones de euros), lo que quiere decir que las empresas telefónicas pagarán por partida doble. El presupuesto de RTVE, que será de unos 1.200 millones, se completará con un cheque de la Hacienda pública de otros 550 millones de euros.

Un escenario así sugiere al menos dos preguntas: una, ¿quiénes pagaremos realmente el ‘cheque regalo\' que le está haciendo el Gobierno a las televisiones privadas, potenciales receptoras de la publicidad de TVE?, y dos, ¿pagarán también las telefónicas operaciones de este tipo cuando las otras televisiones públicas, las autonómicas, renuncien a la publicidad? ¿O acaso el criterio que rige para la televisión pública estatal será distinto del que se aplique a los canales públicos autonómicos? ¿Ignora alguien que las comunidades autónomas también son Estado, por mandato constitucional?

Los ciudadanos tenemos muchos boletos para que nos toque pagar todo este tinglado, ya sea a corto o a medio plazo. En algún momento, las operadoras de telecomunicaciones lograrán repercutir en sus tarifas el impuesto de TVE, con lo cual cada vez que hablemos por el móvil estaremos pagando la parrilla del Luis Fernández de turno. Por otra parte, seguiremos pagando el cheque de Hacienda. Y todo ello sin que nadie nos pregunte si queremos ver TVE ni nadie quiera explicarnos por qué el Estado debe tener empresas públicas de televisión, radio y ahora también internet, cuando, en cambio, a nadie se le pasa por la cabeza -menos mal- que vuelva a tener periódicos impresos; digitales ya los tiene. En cuanto a la extrapolación del modelo de TVE a las televisiones autonómicas, poco sabemos de momento, pero no parece verosímil pensar que la vaca de las telecos tenga leche para todos. Si se hace caso a la Constitución, el modelo de TVE debería poder aplicarse a la TVG, ya que las comunidades autónomas también son Estado, aunque a algunos no siempre se lo parezca.

Repleta de contradicciones, la política audiovisual del Gobierno de Rodríguez Zapatero avanza sin rumbo. En realidad, no sólo incumple el modelo pactado en el Congreso en 2006, que apostaba por financiar RTVE mediante ingresos publicitarios y subvención estatal, sino que regula las licencias de las privadas a su antojo, hasta el punto de inventarse una licencia para sus amigos de La Sexta, ahora potenciales aliados de Prisa, que a su vez logró emitir en abierto (Cuatro) partiendo de la licencia de Canal +, hasta entonces de pago. La que será ahora de pago es TVE, y de pago obligatorio para todos.