Superar el recurso de la fuerza

Habrá expediente a 442 controladores de un total de 2.300 por el caos aéreo del pasado fin de semana, un c
Superar el recurso de la fuerza

Habrá expediente a 442 controladores de un total de 2.300 por el caos aéreo del pasado fin de semana, un conflicto que en esta ocasión arrancó en Galicia, por mucho que se minimizase desde Madrid. Es evidente que el Gobierno de Zapatero ha decidido mantenerse firme ante los controladores y que éstos y quienes les apoyan, desde ciertos frentes políticos y mediáticos, se han equivocado, porque calcularon mal su nefasta jugada.

La aprobación de un inédito decreto ley que permite militarizar el control aéreo en caso de emergencia maniató a los controladores, sujetos ahora a posibles acusaciones de sedición por incumplimiento de sus obligaciones profesionales. Sigue faltando, eso sí, lo más importante: cómo hacer frente al futuro, en una situación de normalidad, y en ese escenario el Gobierno deberá combinar firmeza e inteligencia, ya que el recurso a la fuerza solo puede ser transitorio.

También se ha demostrado en esta grave crisis del país que la oposición del PP no tiene límites, ni siquiera en circunstancias excepcionales, no ya para el Gobierno socialista, sino para el propio Estado. Menos mal que su doble lenguaje se cae por sí solo. “Está claro quiénes son los culpables (los controladores), pero también está claro que el responsable político de la situación es el Gobierno”, aseguró uno de los hombres de Mariano Rajoy, sin asumir su propia contradicción, ni su falta de oportunidad. Por no hablar de las insinuaciones del ‘número 4’ del PSOE, Gaspar Zarrías, y del ministro José Blanco sobre una hipotética connivencia del PP y los controladores en la organización de la salvajada cometida, algo que les exige ahora aportar pruebas y al PP deshacerse de una hipótesis tan peligrosa, que en cualquier caso conviene aclarar. Tampoco ha estado precisamente brillante la cúpula del BNG en su análisis de la situación, al aplicar al caso una especulación que, cuando menos, le aleja de la realidad conocida.

Como sostuvieron distintos medios, entre ellos Xornal de Galicia o El Periódico de Catalunya, la gravedad del pulso planteado por los controladores explica la excepcionalidad de las medidas adoptadas: la militarización del servicio, primero, y la declaración del estado de alarma previsto por la Constitución. De otro modo, ¿qué salida le quedaba al Gobierno? ¿Acaso seducir a los controladores con buenas palabras? ¿Dar marcha atrás en sus medidas? ¿O pagarles aún más para que volviesen a sus puestos? Quienes aprovechan incluso esta crisis para arremeter contra el Gobierno se olvidan de una cosa elemental: ofrecer alternativas realistas en un momento de caos. En definitiva, lo resumió bien El País en su editorial, la militarización y la movilización obligatoria ha sido la única medida capaz de torcer el brazo a un grupo endiosado de privilegiados que ha echado un pulso al Estado sobre las espaldas de cientos de miles de ciudadanos indefensos. “Nunca tan poucos amolaron a tantos”, tituló su artículo en Xornal el nacionalista Xoán Antón Pérez Lema. Se puede decir más alto pero no más claro.

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