Rubalcaba, visto desde Galicia

Todo parece indicar, y no solo en las encuestas, que el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba sería el ca
Rubalcaba, visto desde Galicia

Todo parece indicar, y no solo en las encuestas, que el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba sería el candidato socialista que acortaría más distancia frente al conservador Mariano Rajoy. Pero una cosa es acortar y otra ganar. De eso (casi) nadie habla por ahora en el PSOE, lo que de momento acota al debate a una derrota más o menos dulce frente al Partido Popular. ¿Es eso definitivo?

En política (casi) nada es definitivo, de manera que en un año pueden pasar muchas cosas. Como dice El País, diario próximo a la candidatura de Rubalcaba, si con Zapatero la ventaja del PP sobre el PSOE es de más de 14 puntos, con el vicepresidente esa ventaja se reduce a solo cuatro puntos. Y esa diferencia sería salvable en el tiempo que queda hasta las generales de 2012; máxime con una buena campaña electoral. Amortizado Zapatero, lo que es evidente es que el PSOE depende más que el PP de un candidato capaz de movilizar al electorado, entre otras razones porque el del Partido Popular ya lo está, mientras que el del PSOE hay que recuperarlo para la causa.

Más allá de los análisis políticos basados en las encuestas y en los apoyos mediáticos, que sin duda favorecen a ­Rubalcaba, hay otros dos frentes que condicionan la candidatura del PSOE: el sistema de elección y el contexto económico. Como no está descartado que haya primarias, sino más bien todo lo contrario, hay que considerar que cuando esto pasa en el PSOE las bases no siempre dicen lo mismo que sus jefes y los medios amigos de sus jefes: tenemos casos recientes, como el de Tomás Gómez, y otros más lejanos como el de Borrell. E incluso alguno entre ambos extremos, como el del propio Zapatero, que ganó contra pronóstico y por un puñado de votos reclutados por José Blanco.

Supongamos, en todo caso, que no habrá sorpresas y que esta vez las bases socialistas apoyan a Rubalcaba. Aún así, tampoco es desdeñable la importancia e influencia del contexto económico, que seguirá siendo malo, al menos en términos de empleo. Para superar esta adversidad, el PSOE precisaría convencer a su electorado de que con el PP todo será aún peor, que ya es decir, y que ahora que ya se hicieron los duros recortes ordenados por Merkel las cosas irán a mejor. Es posible que el mago Rubalcaba le de la vuelta a las cosas, puede que incluso le de mil vueltas a Rajoy en un debate televisado, pero fácil no es.

La sucesión de Zapatero es un asunto que también inquieta al PSdeG-PSOE, donde sin embargo apenas se escuchan voces al respecto. La clave se llama José Blanco, número dos del partido en España y pieza clave en ese proceso. Blanco ha sido quizá la persona más decisiva en la carrera política de Zapatero y ahora se encuentra ante un complejo escenario: debe ser leal a su viejo amigo, debe mantener el poder del partido en circunstancias tan extraordinarias y debe dejarse querer por el futuro, sea éste cual sea, ya que además de Rubalcaba hay otros dos nombres en danza, uno de ellos el suyo.

Es lógico, por tanto, que el partido en Galicia esté con Blanco, siendo este gallego, y que los destinos de ‘Pachi’ Vázquez y el suyo vayan unidos. Será, pues, el futuro el que le aclare a ambos cómo jugar mejor sus cartas de cara a la gran cita del PSdeG-PSOE, que no será en 2012, sino en 2013. De momento, los dos están trabajando a tope para mantener intacto su importante poder municipal en Galicia, donde gobiernan en todas sus grandes ciudades. En ese sentido puede darse una circunstancia valiosa para Blanco: tras las municipales, si Losada y Abel no fallan, A Coruña y Vigo aumentarán su valor relativo en la bolsa del poder socialista en España.

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