Homenaje a Fraga

El rey Juan Carlos ha tenido un buen detalle al aceptar la presidencia de un homenaje a Manuel Fraga Iribarne en Madrid.
El rey Juan Carlos ha tenido un buen detalle al aceptar la presidencia de un homenaje a Manuel Fraga Iribarne en Madrid. Olvidado a comienzos de la Transición, para mayor gloria de Adolfo Suárez, al menos puede recoger ahora el aplauso real al paso del tiempo. Y es que medio siglo en política tiene que dar forzosamente para luces y sombras en la carrera de cualquier persona; incluso en la de quien sirvió a la dictadura franquista.

Con 84 años recién cumplidos, Fraga lo ha dado todo por la derecha española; a veces con guiños al centro y cierta condescendencia por lo que él llama los regionalismos. Ser ministro de Franco le enseñó autoritarismo y ser presidente de la Xunta de Galicia le ayudó a entender el Estado de las autonomías para disgusto, a veces, de José María Aznar y de Mariano Rajoy, mucho más jacobinos que el don Manuel de fin de siglo.

Sorprendente ha sido la ausencia de Alberto Ruiz Gallardón en ese homenaje en el que sí estuvo Esperanza Aguirre. El ahora alcalde de Madrid ha sido siempre un chico de don Manuel y entre ellos han sabido cruzarse favores. Pero la política no siempre entiende de emociones, por no decir casi nunca. Fraga lo sabe bien y por eso lucha ahora por no acusar la soledad, de vuelta a Madrid. No sólo iba a ser importante la reforma del Senado que predica.