Fuel y fuego

Primero fue el fuel el que tiñó las playas de negro. Ahora es el fuego el que tiñe los bosques de n
Primero fue el fuel el que tiñó las playas de negro. Ahora es el fuego el que tiñe los bosques de negro. De nuevo, el panorama en Galicia es oscuro. Vivimos un nuevo Prestige y la localidad coruñesa de Carnota parece el más vivo ejemplo. Donde antes había una invasión de monos blancos, los que llevaban los voluntarios que recogían el chapapote, ahora hay una riada de monos amarillos, los que llevan las brigadas antiincendios. Carnota vive una nueva marea negra, pero en el monte, un desastre medioambiental que se suma al provocado por el petrolero griego en 2002 y 2003 (Carnota fue parte de la denominada 'zona cero', la capital del desastre), y también a la devastación de los años 1998 y 2001, en los que se quemó el 80% de su masa forestal.

El fuego en Carnota llegó a amenazar las viviendas de 2.000 personas de tal forma que una pareja pudo ver como se fundían las persianas de su casa antes de ser rescatada. Unos 20 vecinos fueron alojados en un albergue, ante el peligro que suponían las llamas, que causaron averías en los servicios de teléfono, electricidad y agua.

Arde Galicia, pero non queima decía el mítico Reixa de Os Resentido. Estaba equivocado. Arde Galicia, y algunos están ya muy quemados. Y con razón. Prengunten, si no, por Carnota, y ya verán...