Amancio Ortega ya tiene sucesora

Como empresario, Amancio Ortega ha llegado más lejos que ningún otro español de su tiempo y ahora,
Amancio Ortega ya tiene sucesora
Como empresario, Amancio Ortega ha llegado más lejos que ningún otro español de su tiempo y ahora, cada día que pasa, llega más y más lejos, batiendo todas las marcas del dinero, porque su dinero tiene la virtud de saber reproducirse. Es la octava persona más rica del mundo y cualquiera sabe hasta dónde acelerará en esa nueva Fórmula 1 que ordena la revista Forbes, acaso para disgusto de una persona discreta que sería más feliz si nadie le conociese.

El hombre que abraza con fuerza a una de sus hijas en la portada de la revista Capital de este mes lleva un tiempo preocupado, pendiente de su futuro. Y ahí, en esa imagen realmente emotiva, reside parte de su sueño, porque la joven Marta Ortega no sólo es la heredera del imperio Zara, sino que también es la sucesora del empresario más deseado y menos proclive a darse al gran público.

Ella prepara ya el relevo del patrón, que también debe encauzar el futuro de los dos hijos –Sandra y Marcos– que le dio su primera esposa, la también multimillonaria Rosalía Mera, una mujer apasionante, sin complejos y capaz de luchar por ser feliz. Ortega se decanta así por la rama familiar de su segunda mujer, a cuyos hermanos también tiene bien situados, mientras toman distancia otros que le han ido acompañando en el camino. La vida es así y a veces no hay más remedio que optar.

El hombre más rico de España tiene, sin embargo, otros deberes pendientes, como hacer algo realmente grande por su ciudad, A Coruña: algo que le permita proyectar su manera de ser –sorprenderá a muchos cuando diga públicamente lo que piensa– y de mostrarse como es. Pero lo esencial para él ahora es su relevo, mientras va confiando cada vez más en Pablo Isla como primer ejecutivo de una máquina empresarial de ámbito planetario.

“Es tremendo que el dinero haga a la gente importante”, dijo su primera mujer a Capital hace ahora casi un año. Y visto con perspectiva, aquellas palabras de Rosalía Mera aún adquieren más valor. Seguro que Marta Ortega sabrá captar el mensaje de quien también sentenció: “Si no se hubiera roto nuestro matrimonio, yo sería la mujer de...”.

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Artículo publicado en la revista Capital.