Sencillo, emotivo y familiar: así fue el funeral de Felipe de Edimburgo

Funeral de Felipe de Edimburgo. RR SS.
Funeral de Felipe de Edimburgo. / RR SS.

La familia real británica ha dado el último adiós al príncipe Felipe en una íntima ceremonia marcada por la soledad de la reina Isabel II y el frío acercamiento de William y Harry.

Sencillo, emotivo y familiar: así fue el funeral de Felipe de Edimburgo

La familia real británica ha dado su último adiós a Felipe de Edimburgo este sábado, en una íntima ceremonia marcada por las pautas que el propio príncipe dejó escritas, el silencio nacional de Reino Unido, la soledad de la reina Isabel II, las lágrimas del príncipe Carlos y el frío acercamiento entre los príncipes William y Harry.

El funeral ha iniciado (y culminado) con una salva de cañón y un duelo de silencio. Carlos de Inglaterra ha encabezado el cortejo fúnebre de ocho varones, y una mujer, la Princesa Ana del Reino Unido, de la Casa de los Windsor; que han escoltado el féretro con los restos mortales del príncipe consorte hasta la Capilla de San Jorge. Todos han ido de traje de civil, por orden de la Reina.

El ataúd ha recorrido el camino en un Land Rover especial, diseñado por el propio Felipe hace casi dos décadas y en color verde con guiño militar. A las puertas del recinto sagrado esperaban el Decano de Windsor, David Conner, y el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

 

La soledad de la reina Isabel II 

Isabel II llegó a la capilla minutos antes que el cortejo fúnebre, a bordo del Bentley Real. Fue la primera vez en casi 70 años que el Duque de Edimburgo desfiló por delante de su esposa, y no dos pasos por detrás, como marca el protocolo que siempre cumplió a carta cabal. 

La monarca presidió el servicio religioso sola, de luto riguroso, y con la cabeza escondida en el sombrero y la mascarilla casi todo el tiempo. “Es algo muy, muy profundo, en la vida de cualquier persona, y en la de toda la nación. A los que crean, les pido que recen por ella. A los no creyentes, que simpaticen en sus corazones, le ofrezcan sus condolencias y confíen en que pueda encontrar las fuerzas necesarias en lo que, sin duda, será un momento de angustia”, dijo el Arzobispo de Canterbury antes de la ceremonia religiosa.

La ceremonia ha sido sencilla, emotiva y con apenas unos 30 invitados: hijos, nietos, primos, tres miembros de la familia alemana del consorte y su amiga Lady Penny Brabourne. En el funeral se han cumplido cada uno de los detalles que Felipe dejó establecidos antes de su muerte: la música, los representantes militares y las lecturas religiosas fueron seleccionadas por él mismo y no hubo sermones ni discursos por parte de la familia, como pidió.

 

Las lágrimas del príncipe Carlos  

El hijo mayor de Felipe de Edimburgo lucía visiblemente conmovido mientas lideraba el cortejo fúnebre, pero no pudo contener las lágrimas tras entrar en la Capilla de San Jorge. Una imagen similar a la que nos dejó el pasado jueves, cuando visitó junto a su mujer, Camilla Parker-Bowles, los jardines de Marlborough House en Londres, en donde reposan las ofrendas que los británicos han dejado a su padre estos días.

 

El frío acercamiento entre William y Harry 

Todas la miradas se han posado sobre los hijos de Lady Di, distanciados desde hace meses por las decisiones que ha tomado Harry para proteger a su esposa, Meghan Markle, y a su hijo, Archie. Los príncipes no caminaron juntos en el cortejo fúnebre (su primo Peter Philips, nieto mayor de la reina, sirvió de ‘barrera’ entre ellos), no han entrado en la capilla juntos y, menos que menos, se han sentado cerca. 

Las normas reales establecen que los invitados deben sentarse en grupos de convivientes, separados entre ellos, por eso el duque de Cambridge ha vivido la ceremonia junto a su mujer, Kate Middleton. Harry, que viajó solo, se sentó cerca de la princesa Ana y su marido.  

Pero el sueño de fotografiar juntos a los hijos del príncipe Carlos si se cumplió: concluida la ceremonia, William y Harry fueron captados caminando y charlando juntos, en compañía de Kate Middleton. Una imagen que nos recuerda al trio que parecía inseparable hace unos años y del que parece no quedar mucho... aunque quizás la partida del abuelo sirva como punto de partida para firmar la paz con un abrazo.

 

@mundiario

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