Letizia, una Lolailo en la misa de Pascua de Palma

La familia real española en la misa de Pascua. / La Sexta
La familia real española en la misa de Pascua. / La Sexta

Está visto que Palma de Mallorca no es santo de devoción de la reina Letizia. Tal vez por eso fue a la misa de Pascua sin arreglarse bien ni preocuparse de cómo iban vestidas sus niñas. Lo dicho: en plan Lolailo...

Letizia, una Lolailo en la misa de Pascua de Palma

Palma no es santo de la devoción de Letizia; de hecho en la isla no encajan demasiado bien la desafección de la reina, cuando siempre han gozado de los parabienes de la Casa Real, que tanto rendimientos económicos les ha traído. En concreto, la misa de Palma, un acto habitual de los Reyes de España desde hace décadas, ha visibilizado esta situación ya desde que Letizia fue princesa.

Para esta celebración, Letizia eligió una blusa de lunares y un pantalón ancho y corto con tachuelas tipo campero  que estaría muy bien para cualquier celebración andaluza, para una actuación de Azúcar Moreno o para hacerle coros a Los Manolos... pero desde luego no para una misa de mañana. Tampoco pasó por la peluquería y llevaba un pelo descuidado.

Su comportamiento dentro de la Iglesia no fue ejemplar, pero fuera, en los pocos minutos que pasaron desde que salió del templo hasta que el coche arrancó, se dedicó a tocar a las niñas hasta el hastío, restregándoles la mano por la espalda, tocándoles la cabeza, el pelo y demás... Como si estuvieran imposibilitadas de alguna manera.

Pero tampoco estuvo correcta en la elección del vestuario de sus hijas. Las pobres niñas tampoco lucían sus mejores galas. No hacía demasiado calor e iban a cuerpo gentil dando la sensación de desvalidas. Los trajecillos sin ningún empaque e incluso  Sofía llevaba un petito  tipo delantal totalmente casual fuera de lugar para un acto al que acudía con las dos parejas de reyes.

Como zapatos les puso unas manoletinas en color gris rata o de piel muy fina o con aspecto de tela que se veían pobretonas. Además, iban cogidas al tobillo con lo que potenciaban el tamaño de unos pies infantiles que eran todo menos precisamente pequeños.

Por lo demás parece que estuvo sonriente y las niñas muy agradables pero definitivamente Palma no le gusta y bien que se le nota. @mundiario

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