El único caso de coronavirus en Brasil devalúa el real y salpica a la Bolsa

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Bolsa de Valores de Sao Paulo, donde cotiza el principal índice accionario de Brasil: Bovespa.
La moneda brasileña se devaluó hasta los 4,4 reales por dólar y la Bolsa de Valores de Sao Paulo se desplomó un 5%. La incertidumbre e indecisión de miles de empresas brasileñas que tienen nexos y alianzas comerciales con compañías italianas y chinas ponen en jaque su estabilidad dentro de los mercados al día de hoy.
El único caso de coronavirus en Brasil devalúa el real y salpica a la Bolsa

Lo que se veía lejos, ya es un conjunto de pasos que resuenan con sensación de cercanía. Y es que con la confirmación por parte del Ministerio de Salud del primer caso del nuevo coronavirus en Brasil, específicamente en la ciudad de Sao Paulo por un hombre de 61 años que regresó de unas vacaciones por carnaval en Italia (con 12 muertos y más de 300 contagiados), el impacto social y financiero del virus ya infecta también a la economía brasileña, que este miércoles ha sufrido una devaluación de 4,4 reales por dólar y una caída del 5% del índice accionario Bovespa en la Bolsa de Valores de Sao Paulo, donde se encuentra aislado el único infectado del país hasta ahora.

La incertidumbre e indecisión de miles de empresas brasileñas que tienen nexos y alianzas comerciales con compañías italianas y chinas ponen en jaque su estabilidad dentro de los mercados al día de hoy. Detrás de esta debilidad de la moneda brasileña emergen varios factores: los bajos tipos de interés del banco central y la presión que está ejerciendo, primero las tensiones comerciales y luego el coronavirus, sobre la demanda de materias primas, aunado al hecho de que Brasil es una de las principales naciones sudamericanas que importa insumos chinos para procesar materias primas y optimizar su producción industrial  —Brasil es un gran exportador de mineral hierro, soja y petróleo, entre otros— han hecho el resto en los últimos tiempos.

Ni siquiera las tímidas señales de recuperación de la economía nacional han podido contrarrestar esta tendencia, dado que las conexiones industriales entre Brasil y China generan un ambiente de incertidumbre tanto en el Gobierno como en las empresas exportadoras con respecto a la decisión de restringir sus intercambios financieros y de mercancías en territorio chino y desde el país asiático hasta el país sudamericano, el más grande de la región. 

También se producen varias consecuencias en el reparto interno de rentas: los exportadores son más competitivos y tienen más opciones de colocar sus productos en el exterior, pero los consumidores tienen que hacer frente a precios más altos. Esto se debe a que las empresas ganan al apuntar hacia mercados que requieren abastecerse de provisiones alimentarias, insumos médicos o productos de otra índole esencial ante las expectativas mundiales por la epidemia de coronavirus.

En paralelo, los consumidores brasileños deben correr con los efectos que genera la dinámica exportadora positiva de las empresas que distribuyen producción a lo interno del país con precios más altos por los costos de importación desde Europa y China, las dos regiones con más alta peligrosidad de propagación del virus. @mundiario

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