Superada A Costa da Morte, el Sevmorput encara el desafío del canal de la Mancha

El carguero Sevmorput, de Rusia. / RR SS
El carguero Sevmorput, de Rusia. / RR SS
Esta vez y en el día del sorteo de la Lotería Nacional de Navidad, no le "tocó" a Galicia ni siquiera el "pellizco" de un mini vertido, algo que satisface a la población gallega y, evidentemente, a las autoridades
Superada A Costa da Morte, el Sevmorput encara el desafío del canal de la Mancha

Los malos augurios no se han cumplido esta vez y el carguero nuclear ruso Sevmorput enfiló a la altura del cabo Fisterra la demora al canal de la Mancha para, desde aquí, poner la proa en disposición de conducir el poco tranquilizante navío en su base de San Petersburgo, en el Golfo de Finlandia, concretamente en la desembocadura del río Neva, donde la Federación Rusa conserva la idílica ex capital por más de 200 años del antiguo Imperio Ruso. El Sevmorput acallaba así los temores que tofos los gallegos teníamos de que, una vez más, se pudiera cumplir esa larga historia de que cada 10-12 años, nuestra costa recibiría la no grata visita de un buque que, como el Urquiola, el Cason, el Aegean Sea, el Prestige (y otros antes que estos) dejaban su huella en el mar y la costa de una Galicia que solo anhelaba la pesca.

El viejo de 38 años Sevmorput dejaba a popa, ayer, la temida Costa da Morte tras la negativa, primero de Marruecos, después Portugal y,  posteriormente, de España de poder utilizar sus aguas jurisdiccionales,  siendo absolutamente conscientes sus  mandos de que eran seguidos con los mil ojos de aviones, helicópteros, buques y todas las medidas de control existentes en la costa española, escarmentados de anteriores experiencias que, en algún caso -en concreto el del Cason- obligó a evacuar varias poblaciones de la citada Costa da Morte.

Esta vez y en el día del sorteo de la Lotería Nacional de Navidad, no le "tocó" a Galicia ni siquiera el "pellizco" de un mini vertido, algo que satisface a la población gallega y, evidentemente, a las autoridades locales, autonómicas y nacionales. Sin grandes alharacas, sin recurrir a la fuerza y con el apoyo de los servicios de control nuclear.  Se acabó la intranquilidad en Galicia y ahora, supuestamente, nacerá esta en Francia, Reino Unido, etc., hasta que el buque entre en aguas consideradas "de casa". Bye, bye Sevmorput y hasta el achatarramiento más que probable.

Una mole de 260,30 metros de eslora

El carguero nuclear ruso es, como ya resulta conocido, una mole de 260,30 metros de eslora y una manga de 32,20 metros, un puntal de 18,30 m. y con un calado de 11,80 que se reduce a 10,65 metros cuando el barco navega entre el hielo para mejorar la eficiencia de su proa. A plena carga desplaza un máximo de 61.880 toneladas. Su reactor de fisión KLT-40 dispone de una potencia térmica  de 135 MW y el núcleo de ese reactor dispone de 150 kilogramos de uranio enriquecido en una aleación de uranio-circonio.

La planta del carguero puede producir 215 toneladas de vapor por hora a una presión de 40 atmósferas y a 290 grados centígrados que alimentan una turbina de vapor GTZA684OM5 de 29,4 MW de potencia que hace girar la hélice averiada.

A máxima potencia el buque ruso puede alcanzar los 20,8 nudos de velocidad (que en ningún caso logró en su viaje de retorno a San Petersburgo, al menos hasta ahora). Para generación eléctrica el Sevmorput cuenta con tres turbogeneradores de 1.700 kW cada uno y otros tres generadores diésel de 2.000 lW cada uno de ellos.

La grúa-pórtico de 21,3 metros de vano de que dispone puede elevar cargas de hasta 500 toneladas y transportar contenedores hasta un máximo  de 13.28 TEUs.

Tres 19 años de servicio, en agosto de 2007 el Sevmorput fue destinado a convertirse en un buque de perforación offshore para el Ártico, transformación que nunca llegó a realizarse y el veterano carguero fue   amarrado en los muelles de ATOMFLOT en Nurmansk  hasta 2016. Con distintas mejoras realizadas y el reabastecimiento del reactor. el navío volvió a la actividad al servicio, especialmente para el Ministerio de Defensa ruso  transportando material militar a las bases del  Ártico.

El pasado mes de septiembre de 2020 recibió el encargo de transportar 25.000 toneladas de carga de módulos prefabricados a la Antártida rusa Progrés  para, desde aquí, ser trasladada a la base Vostok, en el interior del continente helado. El 5 de octubre, con su carga y 98 tripulantes a bordo inició su singladura hasta el polo. El 18 de octubre, poco después de haber cruzado el Ecuador, su velocidad de 20 nudos se redujo a 6 y su ruta se convirtió en una especie de ruleta (¿rusa?) al averiarse una de las cuatro palas de su hélice. La reparación de esta por un equipo de buzos desplazado ex profeso a Angola no fue posible, lo que hizo que la misión de transporte a la Antártida fuese cancelada. La negativa de Angola y Sudáfrica a realizar la necesaria reparación fue decisiva para que se ordenara el retorno del Sevmorput a su base en San Petersburgo y, de este modo, acabar con los temores de los ciudadanos gallegos a que en sus costas pudiera producirse una tragedia que, sin duda, podría superar a las muchas ya registradas. @mundiario

        

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