En la privatización de NCG Banco ganan Banesco y Galicia y pierde el Estado español


                          José María Castellano, presidente de Novagalicia.
José María Castellano, presidente de Novagalicia.

Parece evidente que el banco lider de Venezuela ha depositado una gran confianza tanto en el presidente de Novagalicia, José María Castellano, como en el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

En la privatización de NCG Banco ganan Banesco y Galicia y pierde el Estado español

Parece evidente que el banco lider de Venezuela ha depositado una gran confianza tanto en el presidente de Novagalicia, José María Castellano, como en el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Banesco es el nuevo dueño de Novagalicia Banco a cambio de 1.003 millones de euros, de los que sólo desembolsará ahora 400 millones, quedando el resto aplazado hasta 2018. La operación es buena para el banco líder de Venezuela, mala para el Estado español y buena para Galicia, que corría el riesgo de ver desaparecer la entidad, si ésta hubiera pasado a manos de cualquiera de los tres bancos españoles -Santander, BBVA o Caixabank- a los que tanto intentó ayudar -inútilmente- el ministro de Economía, Luis de Guindos.

¿Por qué es buena la operación para Banesco? De entrada, porque Banesco tendrá en Novagalicia Banco su principal centro financiero, de modo que si sabe gestionarlo dispondrá de dos oportunidades: ganar dinero a medio plazo con el negocio, que ya vuelve a ser rentable con José María Castellano al frente, o conseguir plusvalías dándole el pase o sacándolo a Bolsa.

¿Por qué es mala la operación para el Estado español? Porque ha vendido antes de tiempo, con lo cual endosa al déficit público unos 8.000 millones de euros de los más de 9.000 millones que invirtió en su saneamiento.

¿Y por qué es buena la operación para Galicia? Porque ha logrado que en A Coruña se mantenga la sede social de un banco que es líder en su comunidad, fruto de una recapitalización hecha con fondos de todos los españoles, con lo cual podría estimarse que los contribuyentes gallegos sólo han aportado unos 450 millones de euros, teniendo en cuenta que el peso de Galicia suele ser el 5% de cualquier gran variable macroeconómica de España. El propio presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, ya expresó a través de su cuenta de la red social Twitter su compromiso de mantener una entidad "apegada a los intereses de la región y de sus trabajadores", sin duda un mensaje tranquilizador.

La audacia de Banesco no es sólo económica, al poner mil millones encima de la mesa, aunque sea a plazos, sino también política. Parece evidente que el banco lider de Venezuela ha depositado una gran confianza tanto en el presidente de Novagalicia, José María Castellano, como en el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de modo que ese clima ha propìciado que no reclamase un esquema de protección de activos ni garantías públicas sobre pérdidas que puedan aflorar. Sólo cuando se tiene muy buena información y mucha confianza se pueden tomar decisiones tan arriesgadas.

A la espera de que Bruselas dé el OK definitivo a la operación, el grupo Banesco dejará en poder de su filial Banco Etchevarría el control del 88,3 % de Novagalicia, un 63 % en manos del Estado y un 15 % más del Fondo de Garantía de Depósitos, donde participan los bancos españoles. @J_L_Gomez

Comentarios