A partir de 2016 el ruido de los vehículos disminuirá en la Unión Europea

El exceso de ruido se ha convertido en un grave síntoma del desarrollo/fotosimagenes.org
El exceso de ruido se ha convertido en un grave síntoma del desarrollo. / fotosimagenes.org

La normativa busca reducir la contaminación acústica que se produce en el centro de las grandes ciudades debido al tráfico de vehículos a motor, explica este especialista.

A partir de 2016 el ruido de los vehículos disminuirá en la Unión Europea

La contaminación acústica es una de las grandes lacras que asola el centro de nuestras ciudades, algo que en España un país especialmente ruidoso es bastante grave. Y es que el exceso de ruido puede producir estrés, cansancio, trastornos del sueño e incluso inducir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, la mitad de la población de la UE está expuesta a niveles de ruido de más de 55 db causados por la circulación de vehículos.

Así no es extraño que desde hace tiempo se hayan tomado medidas al respecto para limitar las emisiones de ruido de los vehículos. Ahora se da una vuelta de tuerca más, con un plan de acción que comienza en 2.016 para reducir de forma paulatina las emisiones de los vehículos desde 74 a 68 decibelios. Conviene recordar que la escala sonora es logarítmica, por lo que 80 decibelios suponen 10 veces más de ruido que 70.

Implantación paulatina

La medida se implantará de forma paulatina, así en 2.016 sólo se verán afectados aquellos vehículos de nueva homologación, es decir aquellos que salen nuevos al mercado. A partir de 2.020 los mismos límites se establecerán todos los vehículos que se comercialicen en la UE, con una moratoria de dos años para facilitar a los fabricantes la transición. En 2.024 vendrá la reducción a 68 decibelios y se aplicará a todos los turismos en venta, e igualmente se aplicará una moratoria de dos años, con todo ello la fecha límite será 2.026.

A priori parece un largo plazo, pero si tenemos en cuenta lo que ha sucedido con los gases fluorados no debería extrañarnos que pueda variar. Y es que a día de hoy todavía no se han establecido los valores máximos de los tramos intermedios. En cualquier caso se establece una exención para los modelos más potentes, a los que se permitiría 9 decibelios más.

Se establece también la creación de una etiqueta que especifique el nivel acústico del vehículo, bien visible en aquellos vehículos destinados a la venta. Sin embargo no se han establecido plazos ni formatos, por lo que queda pendiente de desarrollo. En cualquier caso su formato será similar a la que equipan los neumáticos desde inicios de año.

La industria

Evidentemente a la industria no suele hacerle mucha gracia aquellas leyes que le obligan a realizar una inversión sin lograr beneficios comerciales directos. Y es que no hay que olvidar que en ciertos segmentos, el sonido del vehículo es un factor de venta más. De todas formas la tecnología se ha aliado con los fabricantes y los seguidores de la Fórmula 1 pueden atestiguarlo. Los nuevos motores turbo y de baja cilindrada son mucho menos ruidosos que sus equivalentes atmosféricos, eso por no hablar de los híbridos y eléctricos. Así lo que en principio era un defecto, con el tiempo se acabará convirtiendo en virtud, aunque sea a efectos medioambientales.

¿La solución?

Para muchos entusiastas el sonido de un vehículo es símbolo de potencia, carácter e incluso espíritu, y su reducción casi un sacrilegio. Sin embargo en los últimos años hay un hecho que ha quedado patente, los nuevos motores son menos ruidosos por construcción y los habitáculos reciben cada vez más aislamientos, por lo que el sonido percibido desde el interior es cada vez menor. Debido a ello, algunos fabricantes llevan tiempo trabajando en sistemas de amplificación del sonido dentro del habitáculo, utilizando para ello el sistema de entrenimiento del vehículo. Así el “Active Sound Design” de BMW se encarga de reproducir en el interior del vehículo los sonidos del motor, amplificándolos y dándole más carácter sin necesidad de que el propio motor haga más ruido. Esta solución ha sido duramente criticada por los más puristas, y posiblemente con razón, pero también parece muy razonable que quien quiera ruido lo disfrute sin molestar a los demás.

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