Oposición en A Coruña a la venta del complejo de La Solana y el hotel Finisterre

La Solana y el Hotel Finisterre, en A Coruña.
La Solana y el Hotel Finisterre, en A Coruña.

La Solana abrió en 1942, tras la construcción de una piscina y de una sala de fiestas en el mismo recinto. La inauguración del Hotel Finisterre se produjo en 1948. Estuvo casi siempre en la órbita del desaparecido Banco Pastor.

Oposición en A Coruña a la venta del complejo de La Solana y el hotel Finisterre

El complejo deportivo y social de La Solana y el hotel Finisterre, que ocupan una de las mejores zonas de A Coruña y están actualmente en venta, fueron levantadas en terrenos públicos durante el franquismo, por lo que la Comisión Aberta en Defensa do Común rechaza su venta. José Manuel Gutiérrez explica en un documentado análisis del diario local La Opinión que la decisión de la Autoridad Portuaria de poner a la venta las instalaciones del hotel Finisterre y de La Solana para financiar las obras del puerto exterior reabre el debate sobre la privatización de espacios públicos en la ciudad, que en los últimos meses se ha centrado sobre la subasta de las parcelas del Ministerio en A Maestranza. Al igual que en este caso, la Comisión Aberta en Defensa do Común rechaza su venta y exige la devolución de unos terrenos de propiedad pública y cuya ocupación por empresas se produjo durante el franquismo.

El Ayuntamiento de A Coruña anunció su intención de adquirir La Solana debido al bajo precio al que sale a subasta -1,3 millones de euros por 25.000 metros cuadrados de superficie- y a su convicción en que con esta operación se evitaría su compra por una sociedad privada.

La Solana abrió sus puertas el 17 de julio de 1942, después de una inversión de más de un millón de pesetas que hizo posible, además de la construcción de una piscina de 33 metros de longitud, de una sala de fiestas en el mismo recinto. La inauguración del Hotel Finisterre se produjo en 1948. Estuvo casi siempre en la órbita del desaparecido Banco Pastor.

En 2014, el argentino de origen gallego Gustavo Alejandro López Patto y el madrileño Antonio Rey Alba, también con familia gallega, adquirieron la empresa Finisterre, cuya concesión de la Autoridad Portuaria, a la que abona un canon de 97.000 euros al año, termina en 2027. Según explica también La Opinión, la gestión del hotel es desempeñada por el grupo NH, mientras que la del complejo deportivo corresponde a Metropolitan Spain, que en los dos casos concluyen sus contratos con Finisterre en el año 2019.

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