El fundador de Skype comparte tres consejos para ser un emprendedor exitoso

Niklas Zennström, fundador de Skype.
Niklas Zennström, fundador de Skype.

El sueco Niklas Zennström estuvo en Madrid como parte de una conferencia de emprendimiento en la que contó cómo llegó hasta la cima después de haber sido rechazado 25 veces.

El fundador de Skype comparte tres consejos para ser un emprendedor exitoso

Creó Skype en 2003 como un emprendimiento personal. En 2005 lo vendió a Ebay por 2,100 millones de euros pero se mantuvo como el jefe de la marca. Una década después, la aplicación de videollamadas fue adquirida por Microsoft por una suma que alcanzaba los 5,920 millones de euros y, a partir de ahí, pasó oficialmente a ser un millonario. Niklas Zennström mantiene el 14% de las acciones de Skype, la empresa que fundó como una alternativa a las costosas tarifas de las compañías de telecomunicaciones.

"Lo intentamos con más de 25 inversores y solo recibíamos rechazos", recuerda el empresario de 50 años, oriundo de Suecia, quien fue rechazado hasta el cansancio cuando llevó su emprendimiento a Estocolmo. Su ambición de poder poner una empresa que abarcara a todos los rincones del mundo lo condenó al rotundo no de todos a quienes tocó la puerta. "¿Por qué no empezáis algo más pequeño? Pensad mejor en un mercado local, cerca de vuestra casa, no hace falta pensar tan grande... Eso nos decían", rememora. "Suecia tiene menos de 10 millones de habitantes. Nosotros queríamos una empresa que hiciera algo por Europa, por el mundo", aclara.

Y pese a esos pocos 10 millones de habitantes, la compañía presume hoy de tener a casi 660 millones de usuarios en todo el mundo. "Nuestros factores para triunfar fueron dos: la necesidad que la gente tiene de comunicarse con sus seres queridos, estén donde estén, y los precios muy, muy caros que el mercado de la telecomunicaciones, monopolístico, estaba cobrando a la gente", aclara. No obstante, hoy que puede contemplar su éxito consumado, también recapacita y entiende el escepticismo de quienes le cerraron la puerta en sus inicios. "Skype nació cuando nadie creía que fuera posible construir una gran empresa de tecnología en Europa, fuera de Silicon Valley. Y posiblemente, mirando los números, era real".

Trece años de cambio

"Desde que nosotros creáramos Skype en 2003, Europa ha visto nacer 44 start-ups valoradas en más de 1.000 millones de euros. Es algo que tenemos que celebrar", comenta orgulloso, pues de haber sido despreciado en muchas partes, ahora es uno de los principales inspiradores de muchas de esas pequeñas start-ups.

Zennström es el fundador y director ejecutivo de Atomico, una compañía dedicada a la caza de pequeñas start-ups que, tal y como le sucedió a él con la suya, buscan revolucionar el mundo con sus ideas. "tomico nació por la frustración que sentimos nosotros cuando éramos emprendedores europeos tratando de buscar inversores", admite.

El sueco defiende que Europa es un gran semillero de innovación y emprendimiento pese a la complejidad de culturas, lenguas y leyes que componen el continente. "Crear una start-up en Europa es un reto mayor que crearla EE UU, porque ellos son un mercado único, grande y homogéneo. Aquí es más difícil penetrar, al ser una geografía fragmentada y heterogénea. Pero es un desafío muy sano", confiesa.

Pero el empresario reconoce que parte del éxito de cualquier desafío es ver la complicidad como una motivación. "Tiene que servir para admitir que ningún mercado doméstico es suficientemente grande para una start-up. Hay que pensar en grande, en global. Las grandes compañías pueden surgir en cualquier sitio, en lugares que nadie espera. Se han diluido las fronteras, ya no importa de donde salgas, sino hacia donde te diriges", dice.

Sus tres consejos

Zennström, que dijo todo esto durante la SouthSummit 2016, una conferencia para emprendedores celebrada en Madrid, dejó también tres consejos para los que quieran iniciar su propia gran empresa. El primero es asumir riesgos. "A los emprendedores europeos les hace falta ser más ambiciosos, tomar más riesgos, buscar una mayor inversión, aspirar a ser más grandes", compartió. El segundo, es formarse como líderes y visionarios. "No vale con tener la idea, una start-up necesita un gran líder, un visionario, un vendedor. Alguien con la visión y la determinación". Y, finalmente, el tercero es estudiar los campos y los mercados para anticiparse a cuál será el siguiente espacio en el que se pueda irrumpir como emprendedor. "En diez años, todos los sectores van a sufrir una disrupción. Disruptir no significa destruir, sino crear algo diferente que sea mejor y más eficiente". @hmorales_gt

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