Fiscalidad y deudas multiplican las renuncias a las herencias envenenadas

El legado del caballero. / FLOREN KASADO
El legado del caballero. / Floren Kasado

Recibir una herencia era como si nos tocara la lotería ya que, incluso inesperadamente, se producía un notorio aumento de nuestro patrimonio pero en los últimos años esto ha cambiado.

Fiscalidad y deudas multiplican las renuncias a las herencias envenenadas

El mejor ejemplo de “herencia envenenada” es el que, desde 2011, le viene atribuyendo Rajoy a Zapatero acusándole de dejar más de cinco millones de parados, una deuda galopante, falta de confianza y recortes en el gasto social. Así es que tomó nota y se propuso: Realizar un buen diagnóstico y no engañar, gobernar con un plan y no con ocurrencias, no generar falsas expectativas, hacer predicciones razonables, no gastar lo que no se tiene, llevar a cabo reformas y no vivir de la inercia, y no gobernar por decreto. ¿Lo ha conseguido? El resultado de las elecciones del próximo día 20 nos puede dar una pista.

No menos envenenada fue la que le dejó a su hijo Felipe el rey Juan Carlos cuando el 2 de junio de 2014 abdicó a su favor. Tres “annus horribilis” jalonados de una serie de escándalos y percances hicieron que la opinión de los españoles sobre la familia real cayese desde una posición elevada al mismo nivel con el que se considera a la chusma política, comúnmente enfangada por las cunetas. Aunque inicialmente el gesto del viejo rey no fue suficiente para detener a los indignados, parece que el papel de Felipe VI ha proporcionado un soplo de aire fresco a la institución.

En los casos “mortis causa” los llamados a suceder al causante (fallecido) pueden aceptar la herencia o renunciar a ella. La aceptación supone hacerse cargo de los derechos y obligaciones de la misma, aunque puede hacerse a beneficio de inventario, es decir, se acepta solo si el saldo es positivo. La renuncia, salvo casos de conveniencia, suele estar inducida porque incluya una importante cantidad de deudas, y no queramos o no podamos hacernos cargo de ellas, lo cual cada vez es más frecuente, basta decir que solo en Galicia se formalizaron más de 2.000 renuncias en el último año. Eso sí, la renuncia ha de ser por la totalidad de la herencia, no podemos aceptar una parte y renunciar a otra.

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