La FAO alerta de que la pandemia aumentará el hambre y la pobreza en América Latina

Hambre en América Latina. / FAO
Un inmigrante venezolano junto a su familia alza un letrero que dice "tenemos hambre" en las calles de Guayaquil, Ecuador, el 22 de abril de 2020 / AFP.
"La región ha visto empeorar su seguridad alimentaria en los últimos años y esta nueva crisis podrá impactar de forma especialmente severa a ciertos países y territorios", dijo hoy el organismo.
La FAO alerta de que la pandemia aumentará el hambre y la pobreza en América Latina

La crisis que azota a la segunda región más vulnerable y golpeada del planeta después de África, no es convencional. Consiste en una peligrosa combinación de factores sociales, económicos, culturales, y ahora, sanitarios, que se unen en un explosivo entramado de tensiones socioeconómicas que ya habían hecho estallar los sistemas y status quo prevalecientes en países como Chile, Bolivia y Ecuador, hasta el punto en que podrían escalar hacia nuevas fases de desgaste social, con menos tensión, pero con mayores costos políticos y de Estado para los gobiernos que están contra la pared por distintos factores de presión internos, en el caso de esas tres naciones y, en el caso de Venezuela, externos.

La pandemia del coronavirus traerá un incremento del hambre y la pobreza en los países de América Latina, dijo este martes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe.

Y es que, con sistemas fiscales saturados de demanda social, déficits e insuficiencias financieras por el impacto de la paralización en la actividad económica mundial sobre las cadenas de suministro externo y de producción interna de esos países, los ingresos que pueden captar los gobiernos para inyectarlos como liquidez en forma de subsidios y ayudas sociales, son muy reducidos, lo que atiza aún más la olla de presión en la que se han convertido los países latinoamericanos por la insostenibilidad de poner en cuarentena o confinamiento a poblaciones cuyo 40% o 50% de habitantes viven y dependen de la economía informal, es decir, de un ingreso diario muy por debajo de los ingresos formales en los ámbitos profesionales y empresariales de las economías de Venezuela, Perú, Chile, Colombia, Ecuador, Argentina, etc.

"La región ha visto empeorar su seguridad alimentaria en los últimos años y esta nueva crisis podrá impactar de forma especialmente severa a ciertos países y territorios", dijo el organismo en el documento que encargó México en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

En ese sentido, la FAO resaltó a los países donde hay inseguridad alimentaria aguda por factores económicos y climáticos: Venezuela, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Haití. De esas seis naciones, solo en El Salvador el Gobierno aprobó un subsidio de 300 dólares (es una economía dolarizada como la de Ecuador) para que los ciudadanos puedan adquirir sus alimentos y provisiones. En las otras cinco, persisten índices de pobreza que van del 20% al 70% de la población, con Venezuela y Haití en los escalafones más altos de pobreza de ingresos y pobreza extrema, así como en tasa de desempleo.

El organismo adscrito a la ONU agregó que el mayor riesgo en el corto plazo es no poder garantizar alimentos "a la población que está cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria para evitar la propagación del virus, y que en muchos casos ha perdido su principal fuente de ingresos".

Por ejemplo, en Venezuela, el 80% de la población depende de ingresos diarios como método de subsistencia ante la precariedad económica que viven por la hiperinflación y la devaluación de la moneda nacional, que ha llevado el salario mínimo de ese país a equivaler a tan solo 4,6 dólares mensuales (el más bajo del mundo e incluso menor que el de naciones pequeñas y empobrecidas como Haití y Cuba; 90 dólares). El 20% restante de los venezolanos están insertados en una dinámica que se ha creado en el sistema cerrado y suerte de economía paralela por el efecto de la dolarización de facto en el 70% de las transacciones y actividad económica, laboral, comercial y empresarial en la nación petrolera.

Por ello, el organismo dijo que los gobiernos deben “declarar la alimentación y agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional”.

"Es esencial mantener vivo el sistema alimentario para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria", dijo Julio Berdegue, representante regional de la FAO, citado en un comunicado difundido por el gobierno mexicano.

El organismo recomendó “reforzar los programas de apoyo nutricional para madres en edad fértil y niños menores de cinco años, así como asegurar la alimentación escolar y expandir programas de protección social”.

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