¿Cómo sufren los usuarios el fuerte reajuste de las entidades financieras?

Una mujer enojada hablando por teléfono. / Pexels.
Una mujer enojada hablando por móvil. / Pexels.

Cita previa, prolongadas esperas y despersonalización del servicio, entre otros...

¿Cómo sufren los usuarios el fuerte reajuste de las entidades financieras?

La crisis financiera mundial de 2008 produjo importantes transformaciones en el sistema financiero mundial, y, naturalmente, en España. El Estado tuvo que dedicar varias decenas de miles de millones de euros al saneamiento de entidades financieras, para evitar a los depositantes la pérdida de sus ahorros. Todos los españoles sufrimos, y seguimos sufriendo, las pérdidas derivadas de los despropósitos y delirios de grandeza de un buen puñado de entidades financieras.

Los reajustes fueron quirúrgicos: las 45.000 sucursales del año 2008, pasaron a 20.000 el año 2.021; el número de empleos en la banca, 276.000 en el año 2008, cayó hasta 172.000 en el 2021; el número de entidades financieras ha quedado reducido a 30, de las que 3  acumulan el 75 % de los activos del sector. Es decir, la competencia ha disminuido a niveles generadores de importantes consecuencias para los usuarios.

La pandemia ha venido facilitar al sector financiero su reajuste de personal, por el sistema de citas previas, la fuerte reconducción de la clientela a operar a través de cajeros e internet, uso de centros telefónicos de gestión de clientes y teletrabajo; el resultado ha sido un notable aligeramiento de gastos en sus cuentas de resultados: los beneficios globales de la banca en el año 2021 han sido superiores en un 45 % a los obtenidos el año 2019.

A estas medidas de reforzamiento de la cuenta de resultados hay que añadir la retirada de cajeros automáticos y cierre de oficinas en lugares que quedan sin servicio.

¿Cómo lo sufrimos los usuarios? Reducidos horarios de ventanilla en las oficinas –pagar recibos, ingresar o retirar-; largas esperas para que te atienda “tu gestor”; llamadas telefónicas a contestadores llenos que ya no admiten mensajes; un par de empleados de cara al público y cada vez diferentes, con la consiguiente despersonalización de la atención; si pides un préstamo has de contratar un seguro –porque ahí es donde está el negocio- o, tal vez, hasta comprar un frigorífico, un teléfono o una alarma.

Para aliviar la espera mientras llega tu gestor, te ofrecen el “espacio café” en cómodas mesas, cuando lo que deseas es que te atiendan con rapidez y cercanía.

¿Qué sucede con quienes no tienen wifi en su casa, ordenador o teléfono móvil, o, teniéndolo, no saben desenvolverse, por edad o falta de formación?

Las consecuencias en las zonas rurales menos pobladas son vejatorias, pero los “ejecutivos” instalados en las torres financieras no quieren polvo en sus zapatos y, además, su falta de sensibilidad les impide entender el problema de miles de personas, porque sólo están atentos al crecimiento de la cuenta de resultados y al marketing.

Pero hay una solución, que las entidades financieras han empezado a considerar: comunidades autónomas, diputaciones o ayuntamientos, pueden financiar la instalación  de cajeros automáticos en sus territorios, mediante la firma del correspondiente convenio. Alguna entidad financiera que ya ha aceptado este  sistema  de “colaboración” –tres millones de euros de su comunidad autónoma-, fue rescatada con miles de millones de euros de todos los españoles y después, ya saneada, vendida en un precio de saldo.

También El Estado, a través de la Sociedad Estatal de Correos, ha empezado a cubrir con dinero público este déficit de servicio.

¿Pedirán ayuda por los préstamos ICO de la pandemia? De momento se han prorrogado los plazos... porque el aval del Estado “solo” cubre entre el 70 y el 80%.

¿Cómo lo ven ustedes? No se trata de utilizar calificativos gruesos, sino de proponer alternativas y despertar a quienes miran para otro lado. @mundiario

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