La Bolsa española cierra en rojo y el resto de Europa en verde por las débiles reactivaciones

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Inversores viendo el panel indicador del Ibex 35 en la Bolsa de Madrid / intereconomia.com
En resumidas cuentas, el mercado español no está creciendo. Progresivamente se infla de algunos capitales y se retrae sin mantener ganancias sólidas
La Bolsa española cierra en rojo y el resto de Europa en verde por las débiles reactivaciones

Desde febrero, comenzó en los mercados mundiales una grave crisis que, para muchos de los grandes tenedores de capital que controlan el ritmo de los flujos financieros que mueven la economía mundial, es peor que la misma pandemia de coronavirus que tiene en reducción y retracción histórica al proceso de expansión y globalización de la humanidad. Los mercados son ese segmento de la economía que, aunque un pequeño grupo de acaudalados agentes financiero de las élites económicas y políticas de los países del eje de sistema capitalista global controlan, son muy susceptibles a cualquier factor de perturbación de la normalidad cotidiana.

Los primeros espacios de intercambio, generación y movilización de esos flujos de capitales en sentir el impacto del colapso de la demanda global en la que se sostiene muchas empresas son las Bolsas de Valores en Europa, esto casi siempre después de cualquier jornada de números rojos en Estados Unidos, el principal mercado de referencia para los europeos, pues muchos de los capitales generados en la eurozona han sido trasladado a los instrumentos de refugio de los bonos de deuda del Tesoro de EE UU o a la compra de dólares en efectivo como mecanismo de ahorro y preservación de los patrimonios financieros. Pero finalmente la Bolsa de Madrid ha vuelto a sucumbir y pone final a una semana de más índices negativos que positivos.

La recuperación que tuvo el mercado en abril ya es historia empolvada, como los 6.500 puntos, y la tendencia vuelve a ser preocupante, puesto que los malos resultados de rendimientos en las empresas españolas a causa del impacto económico y social de la pandemia, han terminado de hundir las expectativas de un repunte importante del consumo en España este mes, lo que aleja la demanda y las inversiones en acciones por parte de los financistas del país que apuestan a una nueva expansión del mercado interno con el cuestionado plan de desescalada del confinamiento impuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez. La senda española es roja y alarma sobre todo si se tiene en cuenta que los principales índices europeos han cerrado en verde. El Ibex ha sido el peor del día y el peor de la semana: se deja un 4,54% desde el viernes pasado.

En resumidas cuentas, el mercado español no está creciendo. Progresivamente se infla de algunos capitales y se retrae sin mantener ganancias sólidas mediante otros mecanismos de resguardo financiero como la adquisición de valores de renta fijo o activos que respalden las acciones ante eventuales ciclos de devaluación.

Este viernes, las Bolsas esperaban un repunte de sus ganancias tras varias jornadas con pérdidas, cuatro seguidas en el caso de París y Fráncfort. Ese es el reflejo de que, si los mercados financieros europeos se posicionan en verde, a excepción del de España, la economía de la eurozona podría también pintarse progresivamente de verde en la medida que las reactivaciones económicas en los principales países del bloque generen nuevos dividendos y capitales que las empresas capten y los gobiernos logren percibir como nuevas bases tributarias a fin de seguir financiando los paquetes de estímulo económico.

Y, de hecho, han encontrado una razón alcista en el dato de la producción industrial de China, que creció un 3,9% en abril, más del doble de lo esperado. No así el Ibex, que se ha ido reduciendo a lo largo del día hasta cerrar con una caída del 1,08% y unos débiles 6.474,9 puntos.

No obstante, aunque la dependencia de la demanda de China sigue siendo un asunto a resolver en la economía mundial, que está en un proceso de desglobalización, sus cotizaciones mercancías y exportaciones europeas representan nuevos ingresos para las empresas que cotizan en las bolsas europeas, aunque las españolas no hayan tenido el mejor día, sino más bien, el peor de esta semana de actividad del mercado.

Los principales parqués del Viejo Continente, en cambio, han cosechado modestas ganancias que les permiten cerrar la semana con una base relativamente sólida de alivio financiero y capitales de respaldo para reinvertir en las acciones y nuevas posiciones de la próxima semana.  

Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el temor a un desconfinamiento improvisado y las negativas predicciones de la Reserva Federal marcaron el período, hasta que este viernes el incremento de la producción industrial en el país asiático ha permitido recuperar terreno.

Las Bolsas han pasado por alto el peor dato de crecimiento de la historia de la eurozona y han conseguido cerrar en verde, con la excepción de Madrid. Sin embargo, la corrección del mercado llegará en la medida que los capitales de estímulo por 100.000 millones de euros que España le solicitó a Bruselas podrían redinamizar las carteras de inversión de muchas empresas españolas y así lograr un repunte en las compañías del Ibex 35 la semana que viene, que generan la mayoría del empleo y los ingresos del país. Londres y Fráncfort han liderado las ganancias, por encima del 1%, pese a la cifra del PIB germano en el primer trimestre: se contrajo 2,2 puntos, la mayor caída en una década.

Al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, Wall Street, en cambio, baja cerca de un 1% en la apertura, lastrado por el dato del comercio minorista en Estados Unidos, que se desplomó un 16,4% en abril. La contracción del mercado minorista en la primera economía del mundo bajó las previsiones de ganancias por venta al mayor de las compañías estadounidenses que alimentan el sistema comercial local, que al vender menor, le reporta menos dividendos a las empresas que cotizan en el índice Dow Jone de la Bolsa de Nueva York, la capital y centro financiero del mundo.

El balance semanal arroja pérdidas en torno al 3% en los parqués europeos, mientras que el Dow Jones neoyorquino sigue comportándose mejor. Carl Hammer, director de investigación macro en la firma de análisis financiero SEB, no es demasiado optimista: ″El riesgo es claro de que la apertura de las economías lleve más tiempo en materializarse frente a lo que los mercados están descontando", explicó a la agencia Reuters.

Esto implica que las economías tardarán más en retomar sus niveles óptimos de capitalización debido a que primero deberán recapitalizarse los mercados para que sus empresas integrantes vuelvan a retroalimentar eficientemente a los Gobiernos y Estados en crisis, que son casi todos del planeta. @mundiario

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