La automoción en Australia, el cuento de las barbas del vecino que se afeita

Holden Commodore, el modelo más vendido de los "made in Australia"/Holden.com
Holden Commodore, el modelo más vendido de los "made in Australia" / Holden.com

Tras el reciente anuncio de cierre de las plantas de Toyota, sumado al de Ford y Holden, en 2017 ya no se fabricará ningún vehículo "made in Australia". Habrá que estar atentos.

La automoción en Australia, el cuento de las barbas del vecino que se afeita

El sueño ha terminado para dar paso a una pesadilla de incalculables consecuencias. En 2008 Mitsubishi anunciaba el cierre de su única planta en el país, mientras el resto de los fabricantes se mantenía a la expectativa. Sin embargo en los últimos meses los hechos se han precipitado, así los sucesivos anuncios de Ford, Holden y Toyota, ponen fecha de caducidad a la industria del automóvil australiana, que cerrará su última planta en 2017. No hay cifras de empleo concretas más allá de los 8000 empleos directos, aunque se especula con una pérdida de 50.000 trabajadores, si se suma la industria auxiliar, todo ello en un país de 21 millones de habitantes.

La fabricación de automóviles en Australia se inicia a principios del siglo XX, al igual que en el resto del mundo, a través de pequeños talleres artesanales. En 1919 nació Holden, la marca australiana más importante y que ha llegado hasta nuestros días bajo el paraguas de General Motors. A partir del final de la Segunda Guerra Mundial Australia vivió un período de prosperidad apenas afectado por las crisis mundiales, lo que generó un aumento del consumo interno. Debido a su lejanía, algunos fabricantes apostaron por implantar sus fábricas en el país, para utilizarlo como una plataforma en los países del Índico.

El dólar australiano

Las principales causas que se achacan desde los fabricantes para tomar esta decisión son variadas. En primer lugar la fuerte apreciación del dólar australiano que perjudica gravemente las exportaciones al mismo tiempo que beneficia a los vehículos fabricados en el exterior. Además se trata de un mercado relativamente pequeño, con 1,1 millones de vehículos al año y sobre todo muy fragmentado debido a las grandes distancias. La diversificación de marcas tampoco es una ayuda, así con más de 60 marcas a la venta, los modelos fabricados en Australia han perdido mucho peso, así Ford ya ha sido superada por Hyunday o Mazda.

En el aspecto laboral, una legislación excesivamente rígida tampoco ha puesto las cosas fáciles, así en Diciembre la justicia australiana denegó la solicitud de Toyota para realizar un referéndum entre los trabajadores de su fábrica para valorar la reducción de salarios y el aumento de productividad.

Incluso se especula con posibles motivos técnicos y es que en 2016 entrará en vigor en Australia la norma de emisiones EuroV , en vigor en Europa desde 2011. Al parecer adaptar los vehículos producidos en Australia a las nuevas normas requeriría de un desembolso importante en adaptación de las plantas, lo que con la situación actual del mercado parece inviable.

Críticas al Gobierno

Las críticas también apuntan al gobierno de Australia, al que acusan de no haber ayudado a mejorar la competitividad de las plantas flexibilizando el mercado laboral, y a no haber aportado las ayudas suficientes. En ésta línea el ministro de economía, Kim Carr anunciaba en Agosto ayudas extraordinarias por valor de133 millones de €. En paralelo a esta medida se comprometía a que todos los vehículos gubernamentales fuesen “made in Australia”, lo que supondría 18.000 unidades al año. A la vista de los hechos parece no haber sido suficiente. El mayor problema es que a los 8.000 empleos directos de las fábricas hay que sumar a toda la industria auxiliar que literalmente se queda sin clientes, lo que los aboca al cierre. La única pequeña esperanza es el anuncio de General Motors de mantener el centro de desarrollo de vehículos de la marca Holden en Australia, lo que supone unos 1.000 empleos.

En España

Analizando lo sucedido en Australia, ¿está España amenazada por una situación similar?  Por fortuna podemos decir que no. A diferencia de Australia el euro no se ha apreciado al mismo nivel, además gran parte de la producción “made in Spain” se exporta dentro de la zona euro. El hecho de formar parte de la UE y la libre circulación de mercancías favorece que gran parte de la industria auxiliar exporte a otros países reduciendo su dependencia exclusiva de los fabricantes “nacionales”. Tampoco no hay que pasar por alto la intensiva política de incentivos de los sucesivos gobiernos con subvenciones directas y planes de estímulo. Por último otro factor a tener en cuenta es la flexibilidad que han tenido tanto empresas como sindicatos para intentar llegar a acuerdos favorables a ambas partes y poder continuar con la actividad. De todas formas el mercado se mueve muy rápido, por lo que nunca hay que confiarse, la fabricación de automóviles genera muchos puestos de empleo, y nunca le faltan “novias” que ofrezcan mejores condiciones. Esperemos que deslocalización y automoción sean dos palabras que nunca tengamos que juntar en España.

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