5 errores que no debes cometer al usar una tarjeta de crédito

Tarjetas de crédito. / Pixabay
Tarjetas de crédito. / Pixabay
Pagarlo todo a plazos con una tarjeta de crédito o reembolsar el dinero en cuotas muy reducidas puede provocar que acabemos sobreendeudados. 
5 errores que no debes cometer al usar una tarjeta de crédito

Hay 37 millones de tarjetas de crédito en circulación en nuestro país, según el Banco de España (BdE), y, aun así, todavía muchos de nosotros seguimos cometiendo los mismos errores al usarlas.

Estos plásticos son cómodos y útiles, ya que permiten prescindir del efectivo, pagar las compras a final de mes sin intereses y, en caso de necesidad, pagar a plazos una compra puntual. En resumidas cuentas, son una fuente inmediata de crédito que siempre podemos llevar en nuestro bolsillo, explican los expertos del comparador financiero HelpMyCash.com.

Sin embargo, este medio de pago no está exento de polémica. Primero, por su elevado tipo de interés, que el Tribunal Supremo ya ha calificado de usurario cuando supera el 27% TAE. Segundo, porque su extremada flexibilidad provoca que podamos terminar pagando una cantidad exagerada en concepto de intereses y que tardemos mucho tiempo en saldar una deuda. Y, tercero, porque es un producto complejo con el que resulta difícil saber cuánto dinero se debe en cada momento y cuánto se va a acabar pagando.

Para que nuestra tarjeta de crédito sea un producto útil y no acabe convirtiéndose en un quebradero de cabeza muy caro, no debemos cometer estos cinco errores.

1- Pagar los gastos del día a día a crédito

Financiar la cuota del gimnasio, la compra del supermercado o el recibo de la luz es un error, sobre todo si se hace recurrentemente. Las tarjetas de crédito son muy útiles para fraccionar gastos puntuales como, por ejemplo, la compra de un ordenador o de un mueble, pero si comenzamos a pagar todos nuestros gastos a plazos, especialmente los del día a día, no tardaremos mucho en acabar sobreendeudados, señalan desde HelpMyCash.

Debemos escoger adecuadamente qué gastos deseamos aplazar y tener en cuenta que no deberíamos dedicar más del 35% de nuestros ingresos al pago del conjunto de nuestras deudas. Además, pagar a plazos con una tarjeta de crédito es caro, ya que su tipo de interés medio es del 18%, según el BdE. Eso sí, hay excepciones: las mejores tarjetas de crédito permiten pagar sin intereses o con una TAE por debajo de la media.

2. Devolver el dinero en cuotas muy reducidas

Renueve su cocina desde 35 euros al mes, váyase de vacaciones desde 50 euros… Suena bien, pero este tipo de eslóganes a los que suelen recurrir los bancos y las financieras para comercializar sus tarjetas de crédito tienen trampa. Un ejemplo para demostrarlo: si pagamos con nuestra tarjeta un viaje de 2.000 euros y queremos devolver el dinero en cuotas mensuales de 50 euros, tardaremos cinco años en amortizar la deuda al completo y los intereses serán de 1.047 euros. Para el ejemplo anterior se ha tomado como referencia un interés del 18%.

Si queremos fraccionar el pago de una compra, la clave es devolver el dinero en el menor tiempo posible, lo que implica pagar una cuota más alta cada mes. Así, se generarán menos intereses. Volviendo al ejemplo anterior, si en lugar de abonar 50 euros al mes, pagamos 150, tardaremos solo 15 meses en saldar la deuda y los intereses ascenderán a 248 euros. En cualquier caso, lo ideal es recurrir a las tarjetas para sufragar importes reducidos amortizables en poco tiempo y, en caso de necesitar un importe elevado, solicitar un préstamo personal, cuyo interés es de media más bajo.

3. No cambiar el pago predeterminado

Algunas tarjetas de crédito se entregan con el pago aplazado por defecto y, en ocasiones, con una cuota preestablecida muy baja, por lo que si el titular no lo cambia, todas las compras que haga se pagarán en cuotas mensuales. ¿La solución? Comprobar qué tipo de sistema lleva activado la tarjeta antes de usarla y cambiarlo, una operación que podemos hacer por teléfono o a través de la web o de la app del banco.

4. Pagar comisiones de emisión y de renovación

Tener una tarjeta de crédito cuesta, de media, 44 euros al año, según un estudio realizado el pasado mes de octubre por HelpMyCash. Pero la cuota de mantenimiento puede ser mucho mayor, incluso dispararse por encima de los 500 euros en el caso de las tarjetas más exclusivas. Cada cliente debe valorar si las ventajas que le ofrece la tarjeta compensan su coste o si, por el contrario, puede obtener lo mismo en otro banco gratis. Muchos bancos ofrecen sus tarjetas de crédito sin cuotas de emisión ni de renovación, sobre todo si el cliente domicilia su nómina.

5. Ignorar los seguros gratuitos

La mayoría de las tarjetas de crédito incorporan un seguro de accidentes y muchas, también, incluyen un seguro de asistencia en viajes que cubre los gastos médicos y de hospitalización en el extranjero, la pérdida o el retraso del equipaje, la vuelta a casa en caso de accidente fuera de España, etc.

Muchos clientes desconocen que sus tarjetas de crédito incluyen este tipo de pólizas que, en algunos casos, tienen coberturas y límites muy interesantes. Para poder usar esos seguros, generalmente, basta con abonar el billete del medio de transporte del viaje o la estancia en el extranjero con la tarjeta y contactar con el seguro en caso de necesitarlo.

Si desconocemos si nuestra tarjeta de crédito tiene asociado un seguro de viajes, cuáles son sus coberturas y cómo usarlo, podemos preguntárselo al banco y solicitarle una copia de la póliza. @mundiario

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