Brasil y el carnaval del deporte: escenario del Mundial 2014 y los JJ OO de 2016

Estadio de Maracaná, en Río de Janeiro.
Estadio de Maracaná, en Río de Janeiro.

Si pensamos en Brasil y en deporte a la vez, ¿qué nos viene al instante a la cabeza? La autora realizó este análisis de manera conjunta con Sara Pradera Cibreiro.

Brasil y el carnaval del deporte: escenario del Mundial 2014 y los JJ OO de 2016

Si pensamos en Brasil y en deporte a la vez, ¿qué nos viene al instante a la cabeza? La autora realizó este análisis de manera conjunta con Sara Pradera Cibreiro.

 

Si pensamos en Brasil y en deporte a la vez, ¿qué nos viene al instante a la cabeza? Fútbol. Y no es de extrañar, ya que la selección brasileña le ha dado muchas alegrías a su país, con jugadores que han dejado huella y siendo la más exitosa en la historia de los Mundiales, ganándolo hasta en cinco ocasiones. Si a todo esto le añadimos que en 2014, concretamente el 12 de Junio en el estadio de Maracaná, dará comienzo el Mundial de Fútbol, tenemos ya tenemos el kit completo.

 La FIFA en el 2007 le dio su confirmación como sede del Mundial, ya que era una nación que tenía una economía creciente, con una naciente clase media y que se estaba postulando como una de las grandes potencias de este siglo. Pero esto va mucho más allá, ya que Brasil no sólo ha conseguido hacerse con la sede del Mundial de Fútbol, si no que también acogerá, la celebración de unas Olimpiadas en Rio de Janeiro en 2016. El COI también se ha decantado por este país como sede y le ha concedido la enorme responsabilidad de la organización del mayor evento deportivo por excelencia. Por lo tanto, en 2014 se da el pistoletazo de salida para Brasil, y empieza "su carrera".

Pero analicemos un poco más: ¿La celebración de los Juegos Olímpicos y el Mundial realmente son positivos para un país? Siendo realistas, soportar el peso de la realización de estos macroeventos no es para nada una tarea fácil, ya que hay que tener en cuenta distintas variables. Estos dos acontecimientos son "supuestamente" un motor de crecimiento económico, que dinamiza un gran número de sectores y crean miles de puestos de trabajo. Pero Brasil, aún perteneciendo a los BRICS, en lo últimos tres años ha tenido una débil evolución del PIB- visible por ejemplo, en el estancamiento de las exportaciones- y un desarrollo negativo de su inversión, al igual que una manifiesta falta de competitividad de algunos sectores. Esto hace flaquear su poder económico, aunque para contrarrestar todo lo anterior, hay que destacar su clase media que ya alcanzaría un 50% de la población, con una tasa de paro con mínimos históricos, una creciente importancia en la esfera internacional y una mejora en su sistema educativo, que ha pasado a mejorar considerablemente esta última década.

Después de todo, podemos afirmar que deporte y economía mantienen en este caso una estrecha relación, dónde es necesaria la cooperación, transparencia y regulación de ambas para potenciar unos efectos económicos positivos en el desarrollo de las competiciones. Estos efectos no se quedarían sólo en el campo monetario, si no que además hay que tener en cuenta que va a haber una confluencia de intereses políticos, financieros y sobre todo sociales. Brasil tiene que asumir los gastos de infraestructura y logística de ambas competiciones en su totalidad, para que al final pueda tener unas instalaciones y demás medios necesarios adecuados a la práctica deportiva que se va a realizar y sobre todo también en el plano turístico.

Y es que el turismo se convierte en un factor muy importante, con el que se mueve grandes sumas de dinero. Cientos de países participan, por lo tanto hay que pensar en la cantidad de personas que se van a desplazar durante la realización de dichas competiciones para animar a su país. Según el Instituto Brasileño de Turismo, Brasil espera generar cerca de once mil millones de dólares, con lo que superarían las inversiones públicas que se han hecho para realizar este evento. Pero no todo es oro lo que reluce. Recientemente han saltado las alarmas, porque se están empezando a fijar precios exorbitantes para el Mundial, que podrían hacer que sus pronósticos fracasaran estrepitosamente: hoteles con precios cuatro veces superiores, pasajes aéreos más de un 100% más caros y paquetes de viajes (vuelo, hotel y partido) superiores a los diez mil euros. Si bien es cierto que Brasil ha registrado un aumento de sus ingresos por turismo esta última década de un 168%, la fijación de precios tan altos podría suponer un revés inesperado para el país.

Impactos a corto y medio plazo

Pero todo esto no lo sabremos hasta que finalicen. Entonces llegará el momento de sopesar los impactos negativos y positivos de la realización de los eventos y comprobar si se han hecho bien las cosas. A corto plazo lo que podemos esperar para Brasil que está casi a punto de comenzar con el Mundial y a poco más de los Juego Olímpicos, es que no se genere demasiado crecimiento en su economía. Aunque hay que destacar que la inversiones realizadas en infraestructura y logística si que pueden ser un factor decisivo para un crecimiento económico a largo plazo, ya que podrá atraer más inversiones extranjeras. También tendrá que modernizarse en comunicaciones, con lo que le podrá reportar un beneficio en productos con los que ya comercializa, ya que podrá incrementar su producción.

Y por último, cualquier acontecimiento deportivo hace aumentar en el país un sentimiento de orgullo nacional y un crecimiento de espíritu deportivo que hace que se hagan las cosas con mayor ilusión y solidariedad. Pero el malestar está presente en la sociedad brasileña, ya que desde el año pasado se produjeron multitud de protestas en contra de estos dos eventos deportivos. Esto es debido a que Brasil es un país de contrastes: con una cara A, dónde se postula como una gran potencial mundial, pero con una cara B con problemas sanitarios, pobreza y corrupción política. Dichas protestas y manifestaciones ya fueron bastante notables en la Copa Confederaciones, celebrada el pasado año allí, y que a día de hoy se siguen sucediendo. Todo esto enturbia el panorama deportivo. Pero en unos meses podremos comprobar si este gigante país está a la altura de estas grandes aspiraciones y si nos brinda la oportunidad de poder disfrutar del deporte en su máxima expresión.

 

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