Te he soñado real
La autora ofrece a sus lectores un poema acompañado de una fotografía realizada por ella misma.
Te he soñado real, de carne y hueso. Entrañable y familiar. Cercano, sincero. En el silencio de infinitos años, en mi cabeza te has instalado. Un extraño, imperfectamente perfecto.
Entre tinieblas te escucho regresar, en un lejano susurro. Tenebroso, entrecortado. Secuestras mi vida. Alimentas la tuya. Jugando con los fantasmas de tu insaciable egoísmo, de tu inquebrantable ego.
Te engañas y me engañas. Lo intentas. Crees que me interesa, pero me aburres y en mis recuerdos desaparezco. Me duermo. Me evaporo como el agua, en el hielo de tu imaginario infierno.
Te vas de nuevo. Te alejas sigiloso, como tantas veces lo has hecho. Sin conciencia, ni lágrimas. Sin despedidas ni duelo. Olvidando sin olvidarme. Sonriendo, mintiendo. Me entristezco eternamente, como un juguete roto y viejo.
Te respiro en mi propio cuerpo. Suspendida, vacía, sin techo. Exiliada en mi cuarto oscuro. Desaparezco, me encierro. Huyo a mi rincón diminuto y frío, el que tan bien conozco, el que tantas veces ha sido el mío.
Que poco sé de ti… tan irreal, tan improbable. Inexistente, etéreo. Una adicción, un eco. Siempre inventándote para poder respirar. Caminando a la sombra de mis infantiles miedos.
Te puedes ir. Te esperé una vida, pero ya no te sueño.
