Percepción actual del Museo del Prado entre los españoles

Museo del Prado. / RR SS.
Museo del Prado. / RR SS.

Visitado alguna vez solo por un 62, 48%,  en el imaginario colectivo Velázquez sigue siendo el referente central del arte que alberga.

Percepción actual del Museo del Prado entre los españoles

Muchos estudios de diverso tipo, pero en particular los de carácter sociológico, con sus estadísticas y encuestas, tienen poco que ver con lo que en origen fue la Sociología. En el que acaba de presentar el Museo del Prado, cuando ya han transcurrido cuatro meses desde que en noviembre de 2018 se inaugurara la celebración de su Bicentenario, se trata de cumplir con lo programado sobre acercamiento a la ciudadanía. Visto desde el interés de los gestores del museo para constatar el atractivo que su existencia, contenidos y actividades suscitan en los ciudadanos, este estudio trata de atender solamente a determinados aspectos que pueden serles útiles para justificar y dar coherencia a la proyección social de la institución museística.

La marca Museo del Prado

Este trabajo deja fuera muchos otros, no menos sociológicamente interesantes y, aunque pretende ser “el primer estudio sociológico” del museo, las conclusiones a que llega no son tan novedosas. Trabajos anteriores de investigadores diversos –los estudios históricos tienen muchas dimensiones- nos han mostrado indicadores muy precisos. El propio material fílmico que el museo acaba de poner en la Red para consulta, con el visiteo más o menos glamuroso de personajes diversos a esta pinacoteca, muestra un ángulo muy sociológico de las utilizaciones que de este patrimonio cultural hicieron las autoridades culturales en un pasado no tan superado.

Las 33 preguntas que han servido de base para este estudio trataban de captar la percepción de los encuestados sobre la marca “Museo del Prado”. Tenían por objeto ver cuál era la imagen que se hacían de él, cuáles eran sus pintores y obras preferidas, los hábitos de visita y cómo lo veían en un panorama cultural más amplio que el estrictamente español. Enviadas a 18.000 personas de entre 18 y 65 años, fueron contestadas vía Internet por 3.321 que, según los responsables, representan bien al conjunto de los españoles.

Las conclusiones pueden agruparse en torno a aspectos como el aprecio que el museo suscita. En principio, parece alto respecto a otros museos de arte españoles y algún extranjero: el 86,51% lo sitúan antes que el Reina Sofía (42,62%), el Thyssen (41,54%) o el Louvre (32,6%). Los datos existentes, sin embargo, respecto a número de visitantes del año 2016 ponían por encima al Reina y daban creciente auge a instalaciones de idéntico nombre, pero de signo futbolístico, por encima del Guggenheim y del Thyssen. Es importante señalar, además, que la media de museos que cada entrevistado recuerda es, en general, tan solo de 3,74 y, si de museos españoles se trata, el cómputo baja hasta 3,07.

Museo “español”

Por otro lado, el alto aprecio inicial contrasta con el número de entrevistados que lo han visitado: tan solo un 62,48% lo hizo alguna vez en su vida, mientras el resto dice no haberlo hecho nunca. Según el CIS-2016, siete de cada 10 españoles no pisa nada ni un museo ni una biblioteca. Y aunque entre estos encuestados parece que a un 84,01% le gustaría visitarlo próximamente, en tan etéreo afán seguiría habiendo casi un 16% que no muestra tal interés. Que las razones de una u otra actitud son eminentemente culturales, no cabe duda si se observa que, aunque un 87,13 % dice que le gustaría ir más a museos, un 39,96 % aduce para no ir falta de tiempo y, también, lejanía, mala comunicación o precio alto de las entradas, además de la falta de interés de otro 15%, un 7,75 que aduce que les aburren y de un 10,21% que dice no tener quien le acompañe.

Es de interés, en todo caso, para valorar qué haya de tópico indeterminado entre los que ven al Prado como museo “español” –un 41,2%- superan a quienes lo ven como “internacional”(37,21%) o “madrileño” (21,54%). Con ese sentido de pertenencia,  el 71,54% de encuestados está orgulloso del museo, hay neutrales y, también, un 3,47% poco o nada orgulloso, pero el 94,88% opina que es una de las grandes aportaciones de España a la cultura universal. La encuesta parece haber sido hecha en toda la geografía española, pero esta alusión explícita no resulta muy valiosa en términos conceptuales si se observa el muy probable encabalgamiento de adjetivos que le adjudican: para un 48,4% sería “español”, para un 40,98% “público” y para un 40,88% “universal”. Más incierto todavía es el significado que le hayan querido atribuir al definir el contenido de la colección como “clásico” (40,21%), “enriquecedor” o  “maravilloso” (31.31%).

Velázquez y las Meninas

Menos sorpresivo, es el valor que se concede a unos u otros pintores y a unas u otras obras, atesoradas en este edificio de Villanueva. Casi desde la inauguración del Museo, las tres efigies que lo custodian desde el exterior –Velázquez,  Murillo y Goya- indican el gran aprecio que los visitantes les concedían. Ya en el siglo XIX son visibles algunas rotaciones, pasando Goya a la segunda plaza hacia 1902, mientras el Greco empezó a ser muy valorado. Por las Guías del Museo, que tanto tiempo controló la familia Madrazo, se puede seguir esa evolución del gusto, pues indicaban qué reproducciones o fotografías –cuando apareció Laurent en 1861- podían adquirirse en el propio museo. Hoy, entre los 5.000 autores con obra en el Prado, parece abrirse paso en la reducida y selecta nómina parece abrirse paso  el Bosco, (El jardín de las Delicias) y Sorolla (Chicos de la playa), pero el 71,48% de las preferencias las sigue teniendo Velázquez (Las Meninas); el 66,18% serían para Goya (La maja desnuda y El 3 de mayo), el 39,29% para el Greco, un 30.53% para El Bosco  y un 25,20% para Murillo. Es curioso que, si bien fue la peculiaridad de la llamada “escuela española” la que hizo célebre a este museo entre los grandes expertos europeos, para un 40,25% de encuestados sea Velázquez quien mejor representa a España.

Visitas

Y en cuanto a los modos de visitar el museo, las preguntas y respuestas son más estrictamente de prospección de mercado. Dos de cada tres, prefieren hacerlo espontáneamente, mientras al otro tercio le gusta la forma programada, respuesta que probablemente alude a las formas habituales en el circuito turístico. De ser cierta esta interpretación, museo y empresas debería tomarlo en cuenta y, sobre todo, el enorme potencial digital. Tampoco es irrelevante, en el mismo sentido, que un 70,74 % prefiera visitarlo con su pareja, con sus hijos (41,68%) o con amigos (27, 55%). Desde que se inauguró el Prado en 1819, los motivos y maneras de entrar en esta pinacoteca han variado mucho, aunque no tanto como pudiera parecer. Hubiera sido de gran interés –para la propia área de educación del Prado- averiguar en qué medida las fortalezas y carencias que muestra esta encuesta tienen mucho o poco que ver con la labor de maestros y profesores en las etapas escolares. @mundiario

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