Mayo del 68: ¿Islas en red o Estados facciosos al estilo Putin?

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Daniel Cohn-Bendit, Paris, 1968. / Photograph: Jacques Haillot

“Me puse de pie, una asamblea de 300 personas, estaban dispuestos a lincharme. ¿Y si mi argumento era débil? Un silencio se estableció entre el coro y mi voz. Deje escapar unos minutos de brega, de fuego. Y me senté. Detrás  un tipo rubio y delgado empezó a desmenuzar mi alegato. Pérfido y ruin su coro le acompaño el recital con un aplauso".

Mayo del 68: ¿Islas en red o Estados facciosos al estilo Putin?

“Me puse de pie, una asamblea de 300 personas, estaban dispuestos a lincharme. ¿Y si mi argumento era débil? Un silencio se estableció entre el coro y mi voz. Deje escapar unos minutos de brega, de fuego. Y me senté. Detrás  un tipo rubio y delgado empezó a desmenuzar mi alegato. Pérfido y ruin su coro le acompaño el recital con un aplauso. Al salir se acercaron tres personas y me agradecieron haber dicho lo mismo que ellos pensaban”. (Año 1974, asamblea, j re)

Las asambleas de la universidad en los años 70 eran así, al hablar no teníamos garantizado nada, solo que muchos leones le devolvieran el argumento y aquello se estirara durante largas horas. Pero los hijos de los 70 lo éramos de mayo del 68 y aquello comenzó con… rabia mucha rabia.

“En una acción sin precedentes que quebraba su autonomía, la policía invadió la Sorbona mientras miles de estudiantes se enfrentaban a los agentes con violencia”.

No hablaremos de aquel mayo, ni de los 70, pero si de un recuerdo que vaga en nuestra cultura, el saber que el poder puede ser amenazado y destruido desde la calle. O que el estado no puede ser carnicero de sus ciudadanos. Mayo vaga entre nosotros como un desempleado que está pero ya no encuentra novios fieles. La esperanza no encuentra su ideología. Alguno dirá que es mejor un cierto nivel de relativismo. O de abstemios que ven pasar la bola del tenis camino de la línea exterior. O que el cansancio vital que ha dejado Mayo del 68 y sus monsergas de revolución ya están pasadas y bien pasadas.

Son 50 años, hasta el cabello pelirrojo de Cohn Bendit ha dado paso a las modas de decoloración. Pero el fantasma está ahí, recorre nuestras vidas. He escogido una de sus consignas:

«Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre»; Mayo 68

Pero esto es muy antiguo, Nietzsche hacía de lo suyo, al decir que el pensamiento de la época era ficción, algo construido por la cultura occidental –y el cristianismo- para dominar nuestra verdadera esencia que era crear desde la libertad, desde la muerte de Dios, desde el autodesarrollo vital. Por ello Mayo del 68 es una constante que camina entre nosotros a veces confusa en otra diciéndonos que despertemos.

La aldea digital, tan conectada, hoy se descose (de descocerse pues el corrector de Word no capta esta idea) en lemas, opiniones, insultos y hasta odio. En otros momentos varia y es un mayo real, pura energía de talento que decide destruir los Estados y fundar unas islas interconectadas que chisporrotean con sed de crear.

En nuestra época nos movemos en aldeas o estados dominados por oligarcas que ponen cara democrática y usan la red para forzar las opiniones. Ya sabe Ud. de quienes hablo. Le invito. ¿Viene?... Es mejor vivir en la red. @mundiario

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