Frankenstein: 200 años y el futuro

Frankenstein. / Boris Karloff
Frankenstein. / Boris Karloff

La serie se compone de Frankie y dos vidas, Frankenstein y Barcelona; Frankenstein: la herida del lago; Frankenstein: el miedo humano.

Frankenstein: 200 años y el futuro

La obra escrita por Mary Shelley en 1816 aún concita muchas dudas al leerla. Hemos dominado esta pequeña comunidad desde que dejamos de ser monos; una alocada carrera que nos ha llevado sin casi espacio para pensar en nuestras vidas. Y estamos a un paso de descubrir a otra especie: la robot/el robot. Frankie es el lazo común en tantos años entre aquel experimento de novela gótica y los desarrollos tecnológicos de la Inteligencia Artificial.

“Una desapacible noche de noviembre contemplé el final de mis esfuerzos. Con ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mí alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi como la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados”. (Página 61, Mary Shelley, Frankenstein).

Frankie viene a nosotros en una mezcla de sorpresa, incredulidad y amor hacia lo desconocido, hasta ahora los dueños de la Tierra somos los humanos. Hemos dominado esta pequeña comunidad desde que dejamos de ser monos; esta alocada carrera nos ha llevado sin casi espacio para pensar en nuestras vidas. Y estamos a un paso de descubrir a otra especie: la robot/el robot. Ella nos observa desde su Inteligencia como imitación, pero pronto concitara muchos interrogantes. Por ello regresar a una novela escrita en 1816 no deja de ser hasta sorpresiva. Es viajar hacia el comienzo de la electricidad cuando el mundo vivía asociado al carbón o al ciclo del fuego. En estos 200 años hemos pasado al ciclo de la producción de carbono a ver cómo podemos separarnos de él.

La energía es consustancial al Mito humano y al mito del Robot, entre ambos la sonrisa de Frankie nos muestra su desgracia, su insatisfacción sus miedos a lo que vendrá. Podemos repasar este inmenso laberinto con dos singularidades que convivirán (la Humana y la del Robot). Y la Tercera que vendrá desde el espacio.

En Frankenstein casi al final Mary Shelley mata el Mito ante los temores que puede provocar al decir: “Ha muerto aquel que me creo; y, cuando yo deje de existir, el recuerdo de ambos desaparecerá pronto. Jamás volveré a ver el sol, ni las estrellas, ni sentir el viento acariciarme las mejillas” pág.258. Pero el Mito sigue vivo, y revivir a un humano está en camino de ser real al combinar el ADN y romper la cadena de miedo que nos rodeaba estos años con respecto a manipular nuestra identidad celular. Frankie… te seguimos @mundiario

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