Cintia Lund rinde tributo al pop más psicodélico en su disco New York Anthem
Es fácil clasificar a Cintia Lund en lo indie, pero su pop, sin renunciar al folk y a los Beatles, tiene la ambición de innovar y eso es radiante.
Me pone su música y su voz.
Hay un flow psicodélico en sus canciones que hace que el disco, New York Anthem, tenga un carácter sensual que se mueve entre la euforia y una nostalgia casi derrotista.
Frente a una industria más que previsible, Subterfuge records se atreve con una artista que nos recuerda a muchos otros autores, del pasado y del presente, pero, macho, es poner el disco por primera vez y ya no te detiene nada. Porque lo vuelves a poner una y otra vez.
Hay folk, hay un poco de britpop, hay un poco de Tori Amos y de Stina Nordestam, por ejemplo, sin otra intención que la de crear un conjunto de atmósferas psicodélicas que convierten cada tema en una pieza frágil. muy frágil y sutil, como si un órfebre hubiese tratado de engarzar unas piedras preciosas sobre una diadema.
Lo mejor es ese toque retro a los sesenta, una esencia de hippismo que fluye en sus melodías convirtiendo este disco en un atractivo crisol de influencias y matices. Pero está genial. Es ligero, muy ligero, a veces casi leve, como si sus canciones se hubiesen disipado con el viento y llegaran a nosotros como un eco de sirenas homéricas.