Benjamin Itaspes (IV)

Pedro Joaquín Chamorro. / La Prensa
Pedro Joaquín Chamorro. / La Prensa
Mientras escribía Itaspe, logra ver nuevamente  a su madre, a la que volvería a ver veinte años más tarde, además se convierte  es un protegido por el Partido Liberal y al llegar a Managua conoce al presidente Pedro Joaquín Chamorro. / Relato literario

Una fría mañana de invierno mientras escribía algunos versos una vecina lo llamó y lo llevó a su casa en donde se encontraba una elegante señora vestida de negro que lo abrazó y lloró sin decirle una sola palabra, y la señora vecina le dijo- esta es tu verdadera madre y se llama Rosa y ha venido a verte desde muy lejos-. La mujer antes de despedirse- relataba él- le prodigó muchas palabras de ternura y consejo  que le resultaron extraños. Le dejó unos dulces, unos regalitos que para mí resultaron ser una rara visión-. Itasque solo  volvería a verla veinte años después.

Benjamín estaba sin padres viviendo el día a día y en ocasiones pasaba por la tienda de su padre Manuel sin saber todavía que ese hombre era su padre consanguíneo. Era un hombre alto, jovial, mujeriego, jugador y muy aficionado a la cerveza negra de Inglaterra, hablaba mucho de política lo que le trajo muchos problemas. Itaspe no sabía en aquel momento que aquel hombre cuyo apellido de familia había utilizado para hacer negocios fuera su padre, pero cuando lo supe-  me contó-  tenía pesadillas con un espectro en la casa a la hora de la tertulia. Un espectro envuelto en lienzos que avanzaba como una momia hacia mi cama, no tenía manos pero sentía que lo iba a estrechar, no tenía pies y avanzaba y esto me llenaba de pavor, lo espantoso- relataba él- era que cuando sintió el olor a cadáver y una mano se posó en sus hombros y él la mordió como si estuviera mordiendo un cirio oleoso, porque sabía muy bien que ese espectro era su padre.

En realidad el padre de Itaspe era primo de su mamá.  De la familia materna Itaspe no conocía casi a nadie y en una ocasión escuchó el relato novelesco de dos hermanos de su madre- uno era un indio blanco muy guapo, rubio y de ojos azules, quien fue asesinado cruelmente en una revolución en la ciudad de Granada en donde luego de muerto lo arrastraron amarrado en la cola de un caballo por las calles de Granada. El otro era Ignacio, muerto a traición de un escopetazo en la gallera-. Unos decían que por cuestiones de amor y otros que por robar en un partida de póker. -También se hablaba que existían dos primos de mi madre que vivían por el puerto de Corinto y que se dedicaban al negocio de exportación de madera mora y palo de Campeche.

En numerosas ocasiones Itaspe era embargado por un febril deseo de viajar y en muchas ocasiones iba al puerto a ver partir las fragatas y bergantines por el golfo del azul con rumbo al viejo mundo, en otras ocasiones se paseaba por el puerto en pequeñas embarcaciones, entre los manglares poblados de enormes cangrejos y almejas para  ver cazar tiburones con su wínchester al inglés el cónsul Miller.

A los catorce años fue llamado por la redacción del  periódico ¨La Verdad¨, para escribir artículos de combate que él redactaba a la manera de un escritor famoso ecuatoriano de nombre Juan Montalvo, pero como el periódico era opositor al gobierno, se le acusó de vago y un profesor liberal y pedagogo lo libró de esas acusaciones diciendo que no puede ser vago quien se desempeñaba como profesor en el instituto que él dirigía, todo lo cual era cierto.

Un día cayó en sus manos un libro de masonería y las ínfulas de masón entraron en su vasta imaginación y el nombre de Hiram, los caballeros de Kadoch, el mandil, la escuadra, el compás, las baterías y toda aquella simbología se le hicieron familiares. Con todo este conocimiento Itaspe llegó a impresionar y a tener cierto prestigio entre los amigos, mientras su sentido poético se encantaba en casa con su prima que usaba traje corto, con la cigarrera de Manuela que manipulando los pitillos le contaba los cuentos del príncipe Kamaralzaman y de la princesa Badura, del pegaso, de  los genios orientales y de las invenciones maravillosas de la Mil y una Noche. -En aquella hora-decía él-  los fogones estaban encendidos en la cocina, se escucha el desgranar de las mazurcas y el perro ¨Laberinto¨ estaba a mi lado con el hocico entre las patas, mientras en el silencio de la noche escuchaba las fabulosas  fábulas.-

Así transcurría el tiempo, la pubertad transformaba el cuerpo y el alma en Itaspe, se acentuaban sus estados melancólicos y meditabundos en nuestro joven poeta. Era como que una mano invisible me guiara a lo desconocido –. Se despertó la libido y el deseo broto como un manantial. Y de repente se convirtió en un muchacho con ojeras, con espinillas y lleno de sueño que se confesaba los sábados en la catedral.

Por ese entonces llegaron los políticos, senadores, diputados preguntando por el afamado niño prodigio, lo hicieron recitar algunos versos y le dijeron que era preciso se trasladara a la capital. La tía Bernarda muy contenta le dio su bendición e Itaspe partió a Managua.

En Managua Itaspe se sintió bien, la capital le pareció un lindo lugar más cuando recordaba que había sido creada para evitar las pugnas de liberales y conservadores que históricamente habían prevalecido entre León y Granada. Un lugar agradable con sierras fértiles y pintorescas, se cultiva el café con su lago Xolotlán poblado de islas, en cuyo extremo se encuentra el volcán Momotombo inmortalizado líricamente por el célebre escritor Víctor Hugo en la Leyenda de los siglos- me decía emocionado-.

Su renombre departamental se propagó rápidamente y ya era considerado como un ser raro a su corta edad y era buscado para escribir versos en abanicos y álbumes.

Por eso días se reunió el  congreso cuyo presidente era Pedro Joaquín Chamorro un anciano granadino, calvo, conservador, rico y religioso.  Itaspe era un protegido por los miembros del partido liberal y sus poesías estaban llenas de un ardiente, violento, desenfadado y crudo liberalismo como por ejemplo, ¨El Papa rompe con furor su tiara, sobre el trono del regio Vaticano¨.

Presentaron entonces sus amigos del liberalismo una moción para que Itaspe fuera enviado a Europa para educarse por cuenta la de la nación, el decreto con unas enmiendas fue sometido a la aprobación del presidente Chamorro. -Y como en esos días se daba una fiesta fui invitado como un número curioso para alegrar con mis versos los oídos de aquellos señores, - decía- y luego de la música de la banda presidencial se me pidió que recitará algunos versos. -Un poco tímido extraje de mi bolsillo algunas décimas llenas de radicalismo antirreligioso y ateas que causaron un efecto de todos los diablos. -Al concluir, entre murmullos y  pocos aplausos la cabeza del presidente se movió desoladoramente y llamándome aparte me puso su diestra sobre mi hombro diciéndome- hijo mío. Si así escribes ahora sobre la religión de tus padres y de tu patria, ¿qué será si te vas a Europa a aprender cosas peores? @mundiario

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