La ciencia descubre la razón por la que nunca puedes comer solo 1 patata frita
No eres el único que podría comerse una bolsa en una sentada.
Si alguna vez te prometiste a ti mismo que te comerías solo una patata frita, o sólo un puñado, pero terminas comiendo más, sabes que es difícil comer alimentos salados una vez que has comenzado. La razón por la que sigues metiendo la mano en la bolsa de patatas fritas no solo tiene que ver con el sabor. En un estudio en Frontiers in Psychology, los investigadores permitieron que las ratas eligieran entre tres alimentos diferentes: comida estándar, una mezcla de grasas y carbohidratos o patatas fritas. Los roedores preferían mucho más las patatas fritas a las otras dos opciones. Si no son las favoritas solo por las grasas y los carbohidratos, ¿entonces qué es lo que nos hace comer más?
¿Qué tienen de adictivas las patatas fritas?
Las patatas fritas son más conocidas por dos cosas: sal y grasa. Los estudios han demostrado que comer sal desencadena la liberación de dopamina, un mensajero químico que controla el centro de placer del cerebro. Una vez que el cerebro recibe el primer golpe de recompensa, comienza a desear más.
En un estudio australiano, 48 adultos podían comer todo lo que quisieran durante cuatro almuerzos diferentes. Las comidas de pasta se veían básicamente iguales excepto por un ajuste: el contenido de sal y grasa. La salsa era baja en grasa/baja en sal, baja en grasa/alta en sal, alta en grasa/baja en sal o alta en grasa/alta en sal, y los participantes probaron cada una durante las cuatro semanas.
No importó cuánta grasa había en la comida, los voluntarios comieron un 11 por ciento más de calorías y comida cuando la salsa era más salada, según los resultados de The Journal of Nutrition. Con una salsa rica en grasas, los participantes comieron un 60 % más de calorías, pero no necesariamente ningún alimento adicional en términos de peso. La grasa en sí es alta en calorías, por lo que los voluntarios comían más calorías con la misma cantidad de alimentos.
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¿Cómo funcionan juntas la grasa y la sal?
Normalmente, la grasa ayuda a que una comida sea más satisfactoria para que las personas no quieran seguir comiendo y comiendo, especialmente cuando las personas son particularmente sensibles al sabor de la grasa. Cuando la comida es baja en sal, es fácil practicar el autocontrol en lugar de comer en exceso, pero cuando agregamos sal a esa comida, de repente esos controles desaparecen”, le dice a Time el autor del estudio, Russel Keast, profesor de ciencia sensorial en la Universidad Deakin en Australia.
Ahí lo tienes, una vez que agreguemos sal a la ecuación, el cerebro querrá tanto sodio (y dopamina) como pueda. Así que lo mejor es elegir una opción de patatas fritas que no contenga tanta sal. @mundiario
